EX COLABORADORES. Rajoy y Elorriaga, el pasado marzo en un acto de la campaña electoral. / EFE
ESPAÑA

La división en el Partido Popular invade la cúpula del partido

Gabriel Elorriaga, estrecho colaborador de Mariano Rajoy, afirma que no «está en condiciones de ofrecer» el liderazgo que se necesita Manuel Fraga tacha de «sandez» estas declaraciones

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El incendio ha llegado al sancta santorum del PP y la guardia pretoriana de Mariano Rajoy tuvo que salir en defensa de su líder. El sobresalto esta vez fue mayor porque vino de la mano de Gabriel Elorriaga, hasta ayer estrecho colaborador del presidente del PP, quien sostiene que el presidente de los populares «no está en condiciones de ofrecer» al partido el liderazgo que ahora necesita. El desconcierto cundió en las filas opositoras, y barones y dirigentes afines se lanzaron a rebatir a su compañero de fatigas.

El líder opositor volvió a tener ayer un desayuno para olvidar. El que fuera su director de campaña en las elecciones de 2004 y ahora secretario de Comunicación y miembro del comité ejecutivo del PP escribió en el diario El Mundo que en el partido opositor «hay proyecto y hay equipo disponibles, lo que ahora se necesita es un liderazgo renovado, sólido e integrador, y eso es algo que, aunque me pese, Mariano Rajoy no está en condiciones de ofrecer». Lo que faltaba al presidente de los 'populares', uno de sus hombres de confianza y con definido perfil centrista se sumaba al coro de los que no tienen fe en él.

Fuentes próximas a Elorriaga indicaron que la opinión expresada por el dirigente fue un ejercicio de honestidad y recordaron que en el texto precisó que en tiempos normales «el silencio» puede solucionar los problemas, pero en momentos «excepcionales» el mutismo es «deslealtad» hacia el partido. Una de las razones que llevó al secretario de Comunicación a dar este paso es el desacuerdo con las formas que gasta Rajoy, sin escuchar ni consultar a nadie, salvo a su círculo más íntimo, y sin contar con una camada de dirigentes que, según reseñó en su escrito, «surgió y creció a la sombra del mandato de Aznar y está más que nunca preparada para asumir el relevo, tiene experiencia, talento y determinación».

Gabriel Elorriaga -que fue subsecretario del gabinete de Aznar y forma parte de esa generación, a su juicio, desdeñada por Rajoy- comunicó a sus más cercanos que su opinión está plasmada en ese artículo, titulado 'Así no es posible', y descarta abanderar ningún movimiento contra Rajoy ni encuadrarse en alguno de los grupos críticos con el líder del partido.

Un ataque de celos

«Un ataque de celos», replicaron desde el entorno del presidente del PP para rechazar las valoraciones de Elorriaga. Señalaron que el dirigente puede sentirse eclipsado por el diputado valenciano Esteban González Pons, que ejerce de portavoz de hecho del partido pese a que la responsabilidad de Comunicación es suya.

González Pons fue de hecho uno de los primeros en replicar a Elorriaga, al que reprochó que plantee al presidente del partido que «no se presente» al congreso, una petición que «en democracia» no debe hacerse. Lo correcto, señaló, es que «si no estás de acuerdo con que alguien se presente has de ofrecer una candidatura alternativa». Una petición que dirigió al secretario de Comunicación e hizo extensiva al diputado Juan Costa, cuyo nombre se menciona en los mentideros populares para encabezar una alternativa. Si quiere «presentar una candidatura espero que lo haga cuanto antes para que todos podamos tomar posiciones», reclamó el político valenciano.

Un argumento parecido empleó el presidente del PP de Galicia, Alberto Núñez Feijoo, que también emplazó a Elorriaga a que haga públicas sus aspiraciones porque si no se va a presentar al congreso «no parece razonable descalificar a los que sí lo hacen». El dirigente gallego, de todos modos, no quiso hacer sangre y se limitó a apuntar que «cada uno es responsable de sus actos».

Manuel Fraga no fue tan diplomático. El presidente de honor y senador del PP calificó de «sandez» el artículo de Elorriaga, y criticó que dentro del partido haya gente que se decida «a hablar pero no a participar». En este sentido, sostuvo que «no sería malo» que se presentasen candidaturas alternativas en el congreso de junio, «con tal de que tengan verosimilitud». Fraga provocó un momento anecdótico al afirmar que, aunque tiene «el mejor concepto» del ex vicepresidente Rodrigo Rato, no le ve liderando una de esas candidaturas: «Está un poco ido», dijo, y añadió entre las risas de los periodistas, «ido del partido, no en sentido mental».

Defensores

El ex ministro y secretario de Economía del PP, Miguel Arias Cañete, dijo no compartir «en absoluto los juicios de valor sobre la falta de liderazgo» de Rajoy. Recordó que en la reunión del comité ejecutivo, del que forma parte Elorriaga, que se celebró tras las elecciones «nadie planteó nada» sobre ese asunto. Subrayó que en el PP se puede «discrepar y mostrar opiniones» diferenciadas, pero si se trata de plantear un liderazgo alternativo hay que presentar una candidatura. Arias Cañete lamentó la situación creada porque sume «en el desconcierto» a la militancia.

También el presidente del PP andaluz, Javier Arenas , volvió a posicionarse del lado de Rajoy y agregó que su formación está «con el equipo de integración» que lidera Mariano Rajoy, aunque no mencionó las declaraciones de Elorriaga.

Pero también hubo silencios clamorosos. Como el del presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, uno de los que se presume más firmes baluartes de Rajoy, que se negó a comentar la nueva incidencia que sacude a su partido, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que también evitó opinar al respecto y prefirió culpar a Rodríguez Zapatero y al PSOE de «interferir» en los asuntos de su partido y propalar, «por interés», especulaciones sobre una hipotética candidatura suya a liderar el PP.