El presidente francés se personará como acusación particular. / LA VOZ
Gente

Sarkozy no acepta la «sátira política» de las camisetas con su rostro y recurre a la Justicia

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, se ha constituido en acusación particular en un procedimiento judicial abierto contra fabricantes y distribuidores de camisetas en las que se juega con logotipos de marcas conocidas, y en su caso con su propio apellido.

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El diario Le Dauphiné Libéré reveló ayer que Sarkozy ha decidido ser parte civil en la demanda por unas camisetas comercializadas por la compañía JMB de Lyon en las que aparece transformada en una diana la o de su apellido, envuelto en manchas de sangre, junto al lema de la República Francesa «libertad, igualdad, fraternidad».

Eslogan electoral

A ese lema ensangrentado le sigue el mensaje «tolerancia cero» y «50 puntos», en referencia a uno de sus eslóganes electorales.

El mes pasado, un juez de la ciudad de Albertville (sureste) había inculpado a varios gerentes de las empresas Arclo de Morières les Avignon, JMB y otra de Bretaña que comercializan prendas de vestir estampadas con motivos que muestran parecido con logotipos de marcas conocidas.

Se les reprochan los cargos de falsificación, modificación de una marca sin autorización, provocación para infringir la normativa sobre estupefacientes, pero también incitación al terrorismo.

El caso se inició en octubre del pasado año con confiscaciones policiales de material en algunos de los fabricantes o distribuidores, al tiempo que varias decenas de multinacionales se habían quejado por un uso indebido y sin permiso de sus marcas.

El 22 de octubre, Arclo fue objeto de un registro policial en el que se requisaron más de 6.000 logotipos transformados. Su gerente, Thierry Boeuf, estuvo arrestado durante 12 horas.

El pasado 9 de abril fue convocado para notificarle su imputación. Su abogado, Roland Marmillot, criticó este procedimiento porque considera que su cliente al transformar un huevo de chocolate de la marca Kinder en una granada bautizada killer había recurrido al «humor, no a la sátira política».

Incitación al odio

«No es una incitación al odio. No es una infracción penal, pero se entiende que pueda plantearse un debate civil», argumentó Marmillot, en declaraciones a Le Dauphiné Libéré.

Sobre la presencia de Sarkozy como acusación particular, el letrado también se manifestó «desagradablemente sorprendido», ya que a su juicio las camisetas referidas al jefe del Estado se enmarcan en el terreno de «la sátira política».

Además, refiriéndose a la historia de sus predecesores, subrayó que ni siquiera el general Charles de Gaulle, siendo presidente durante los disturbios de mayo de 1968, se había lanzado en un proceso judicial pese a lo mucho que fue atacado. / EFE