EVOLUCIÓN. La población está en constante cambio. / EFE
ANDALUCÍA

La población seguirá creciendo hasta 2013, pero se descarta rebasar la cifra de nueve millones

La previsión de crecimiento es clave para diseñar las políticas públicas en sanidad, educación o vivienda

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Viviremos más y mejor, aunque en Andalucía avancemos a una velocidad menor. Ahora sólo resta conocer cuántos seremos. A la demografía también le interesa conocer qué ocurrirá con la población en los próximos años ya que es necesario planificar las actuaciones políticas, de infraestructura educativa o la ordenación del territorio (carreteras, construcción de viviendas, entre otros).

Todo ello lleva a los responsables públicos a estudiar lo que se denominan las proyecciones de población. Para elaborarlas se hacen una serie de supuestos sobre el comportamiento que tendrán los principales indicadores demográficos: la fecundidad, la mortalidad y las migraciones. Es lo que se denominan los escenarios.

Según los distintos escenarios, la población andaluza seguiría creciendo debido al potencial de población actual, pero a partir de 2013 empezaría a disminuir progresivamente. La proyección de las pirámides de población muestra un hecho característico. La evolución del número de mayores y niños (envejecimiento de la población) hace que las pirámides de población del futuro pierdan la forma que les dio su nombre para parecerse cada vez más a una colmena en vez de a una pirámide. Si se observan las proyecciones según grupos de edad se comprueba el aumento que experimentarán los mayores de 65 años, disminuyendo la proporción de jóvenes. Según las proyecciones se observa un aumento del número de niños entre 0 y 5 años en torno al año 2010.

En Andalucía a principios de siglo el número medio de hijos por mujer alcanzaba valores claramente superiores a 4 y en el año 1975 aún mantenía valores muy altos de 3,2 hijos por mujer, pero ya se mostraban síntomas del rápido hundimiento de la fecundidad que se produciría en la segunda parte de los años setenta. Lo que caracteriza a la evolución andaluza, igual que a la de España, es la rapidez con la que este modelo de baja fecundidad se ha instaurado. De hecho, en poco más de 20 años Andalucía ha pasado de ser una de las regiones europeas con más nacimientos a estar en el grupo de las más bajas. Tanto es así que en 1998 se alcanzó el valor mínimo de 1,28 hijos por mujer, observándose una ligera recuperación en los últimos años.

Pirámides

El tiempo va haciendo mella en las distintas pirámides, la paulatina reducción de la mortalidad y de la fecundidad implican unas pirámides cada vez más estrechas en su base y más ancha en la cúspide. Cualquier evento demográfico que produzca un efecto en la estructura de la población creará una mella en la pirámide que perdurará mientras existan generaciones que hayan sufrido ese hecho.