LA CASAPUERTA

Tirón de orejas

El Consejo Audiovisual de Andalucía acaba de darle a los operadores de televisión públicos y privados un serio tirón de orejas, advirtiéndoles en un escrito de que no se puede insertar transparencias publicitarias ni publicidad virtual en la programación, a excepción de las transmisiones deportivas y taurinas. Esta medida adoptada por el Consejo Audiovisual andaluz le toca de lleno al Concurso de Agrupaciones del Carnaval en el Gran Teatro Falla.

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La medida, a todas luces, es correctora y justa. Y, si no, que se lo pregunten a los sufridos telespectadores que en sesiones maratonianas tienen que aguantar el bombardeo constante y jartible de la publicidad virtual, que sin piedad, aparece y desaparece cuando menos te lo esperas para darte el coñazo y encresparte los nervios. Los operadores, públicos y privados, están convencidos de que el Carnaval de Cádiz es una viña sin amo y que en razón a su labor les pertenece y es suyo. Olvidando que el Carnaval de Cádiz es una tradición popular que emana del pueblo y ni se debe manosear ni explotar más allá de los límites permitidos, que son bastantes.

Otro mamarracho es la publicidad estática. Fea, antiestética e indigna de un hermoso Coliseo y de un evento Cultural y artístico sin precedentes. Por conseguir unos euros de más, se permite descaradamente en el escenario del Falla insertar publicidad estática afeando horrorosamente el espectáculo. En la actualidad, algunas agrupaciones locales, provinciales y regionales han cogido por costumbre insertar publicidad en decorados, atrezzos y otras lindeces que para nada beneficia al concurso. Al Falla se va a cantar. A exponer lo mejor que llevas dentro y ofrecerle al respetable con dignidad el repertorio confeccionado durante cuatro o cinco meses, la publicidad es otra cosa. Esta fiesta, de Interés Turístico Internacional, merece un respeto y un mejor trato.