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La impericia de Rajoy

La crisis del Partido Popular es tan grave que está distrayendo a la opinión pública de la crisis económica y la vuelta de ETA a los atentados criminales. En este sentido la impericia que está demostrando Mariano Rajoy al frente del PP está prestándole al Gobierno un servicio impagable. Está tapando los dos errores más graves que cometió Zapatero en la legislatura anterior. Por un lado, haber negociado con una ETA a la que daba por muerta y, por otro, no haber sabido aprovechar la herencia económica que dejó el PP dando soluciones estructurales que hubieran relativizado la importancia de la construcción de viviendas.

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Ante todo hay un hecho que un analista no puede desconocer. Me refiero al origen no democrático de la figura de Rajoy como presidente del PP. Su nombramiento a dedo sigue tiñéndolo todo, especialmente después de haber sufrido dos derrotas electorales. El origen resulta así mismo escandaloso cuando Rajoy cesa a otros dirigentes o hace nuevos nombramientos. ¿Con qué autoridad elimina a unos y eleva a otros quien, además de haber sido nombrado a dedo, es el máximo responsable de las derrotas electorales? Quiero decir que, en un momento dado, antes de haber perdido las elecciones últimas o después de estas, Mariano Rajoy tendría que haber dimitido para dar paso a un presidente elegido democráticamente en un congreso o bien haberse sometido él mismo a unas elecciones primarias. En una palabra, él mismo tendría que haberse revalidado.

En estas circunstancias resulta provocador por parte de Rajoy tratar de cambiar mediante sobreentendidos la línea del partido o incluso de su imagen. Y esto es lo que viene sucediendo. Al nombrar a Soraya Saenz de Santamaría como sustituta de Zaplana se da a entender que el PP va a seguir una nueva política cuando aún no ha sido aprobada en congreso alguno. Por su parte, la retirada de María San Gil de la ponencia política del congreso ha venido a revelar, a su vez, el divorcio entre el espíritu y la letra con el que se juega en los medios de la calle Génova en una cuestión tan decisiva como es la idea de la nación.

Son ejemplos que nos permiten hacernos una idea del pantano en que Rajoy ha metido al partido y del que le va a resultar muy difícil salir a él como presidente y al partido como competidor del PSOE.