Militantes del grupo chií han impuesto su control sobre los céntricos barrios de Hamra y Verdun. /AP
11 muertos en los enfrentamientos

Hezbolá controla ya toda la parte musulmana de Beirut y anuncia que no pararán hasta que se solucione la crisis

Los choques estallaron esta semana después de que el Gobierno libanés tomara la decisión de actuar contra la red de telecomunicaciones del grupo chií

BEIRUT Actualizado: Guardar
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La situación en el Líbano empeora por momentos y parace que ninguna de las partes está dispuesta a ceder. Tras los fuertes combates de ayer, los seguidores de Hezbolá y sus aliados de la oposición han tomado el control de "todas las calles" del oeste de la capital, Beirut. Además, un dirigente chií ha asegurado que no cesarán hasta que se ponga una solución a esta crisis, que arrastra el Líbano desde hace 17 meses.

Desde que comenzase la nueva crisis entre el gobierno libanés y el grupo chií de Hezbolá el pasado martes por la noche, los enfrentamientos en las calles han provocado la muerte de 11 personas y otras 30 han resultado heridas. Hasta el momento, los militantes de Hezbolá y sus aliados del partido chií Amal se han hecho con Beirut Oeste, el corazón político, financiero y comercial de la capital. Los enfrentamientos en esta zona han cesado, tal y como se puede observar en las imágenes de las televisiones libanesas, que muestran las calles de este sector de la capital libanesa vacías y en aparente tranquilidad.

El Ejército libanés, sin embargo, permanece al margen de los combates, limitado a custodiar edificios oficiales y los hogares y oficinas de algunos de los principales líderes de la mayoría parlamentaria libanesa, aunque el grupo chií ya se ha apoderado de varias sedes del Ejército, que intenta mantener la neutralidad.

Entre los combates hay varios turistas atrapados, entre los que se encuentran tres tenistas españolas, Marta Marrero, Lourdes Domínguez y Eva Fernández, que se encontraban en la capital para participar en un torneo de la Federación Internacional de Tenis (ITF). Marta Marrero ha asegurado que se encuentran en un hotel situado en una zona tranquila a 20 minutos de Beirut, a la espera de poder abandonar el país, aunque seguirán jugando hasta que les dejen salir.

Un nuevo episodio de esta crisis

El detonante de la nueva crisis en el país surgió de una medida gubernamental que amenazaba con cortar la red de comunicaciones de Hezbolá y que el grupo chií entendió como una "declaración de guerra". Los primeros enfrentamientos surgieron tras una jornada de huelga general convocada como protesta por los altos precios de los alimentos y la carestía de la vida que, finalmente, se convirtió en una batalla campal en algunos distritos de la capital y el corte de carreteras de acceso al aeropuerto, donde Hezbolá colocó varias barricadas.

Ante la situación, el gobierno libanés se reunió de emergencia para buscar una salida a la crisis, y, tras retractarse en su intención de cortar las comunicaciones entre los dirigentes del grupo chií, hizo un llamamiento a la calma que Hezbolá rechazó e incluso ha intensificado los combates. El aeropuerto lleva más de 36 horas cerrado.

Beirut ha amanecido tomada por jóvenes armados con fusiles de asalto, automóviles destrozados y edificios en llamas, y compañado por el constante sonido de explosiones de granadas y de disparos de ametralladoras. La primera acción de Hezbolá ha sido tomar los medios de comunicación comerciales pertenecientes a algunos miembros del Gobierno, que han dejado de emitir así como las oficinas de las formaciones progubernamentales, sobre todo en la parte occidental de la ciudad, mayoritariamente musulmana.