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Otro título sin excelencia

Bernd Schuster propuso más fútbol que Fabio Capello, pero el Real Madrid apenas necesitó brillar para gobernar una Liga en tiempos de crisis

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Somos los mejores, no los menos malos». «El campeón siempre lo es por méritos propios». «Hace 18 años que el Real Madrid no conseguía dos Ligas consecutivas...». Desde el presidente Ramón Calderón al canterano Balboa, el menos utilizado de la plantilla a excepción de los inéditos porteros Dudek y Codina, todos los integrantes del club blanco que han alzado la voz en los últimos días han querido reivindicarse, atribuirse elogios por alcanzar la meta con cuatro jornadas de antelación.

Les molesta que la crítica no les reconozca como sus números merecerían, pero el nivel general de este torneo ha sido paupérrimo y el Madrid ha sido el tuerto en el país de los ciegos. Ha sido líder de cabo a rabo y ha dominado en todo, al menos por ahora: partidos ganados, goles a favor, en contra y puntos en casa y fuera. Si cierra el torneo con más de 12 de ventaja sobre el segundo, será la mayor diferencia de la historia. Y si suma más de 80 puntos, será su segundo mejor registro, tras los 92 conseguidos con Capello en la 96-97.

Los blancos se pasearon en la primera vuelta, donde acumularon 47 puntos, y sólo sufrieron un bache a comienzos de 2008. Cayeron entonces en la Copa ante el Mallorca, en la Champions frente al Roma, y en la Liga contra Almería, Betis y Getafe. La «máquina imparable» de la que presumió Calderón en tiempos de esplendor, se había gripado. El Barça llegó a ponerse a dos puntos, el cambio de tendencia era evidente, pero luego los azulgrana sólo lograron un triunfo en nueve partidos. Así, la caza estaba vedada. Quien más y quien menos considera que el Barça se hubiera coronado con sólo haber alcanzado el 75% de su potencial. No es una Liga regalada por los azulgrana como la anterior, pero el fracaso del proyecto de Rijkaard y Laporta ha alfombrado, y de qué manera, el camino blanco. Si un aficionado aterrizase ahora desde otro planeta, no daría crédito al ver que los Eto'o, Ronaldinho, Messi, Henry, Deco o Bojan han naufragado ante un enemigo sin grandes nombres. Con tics de los galácticos, los fantásticos han claudicado ante la clase media acomodada de Chamartín.

Ya con 31 trofeos de la regularidad en sus vitrinas, el Madrid no se adjudicaba dos éxitos consecutivos desde 1990. Pero esta plantilla no le llega a la suela de los talones a la encabezada por los Hugo Sánchez, Butragueño, Hierro, Gordillo y hasta Schuster. Entonces fueron hasta cinco ligas consecutivas, una con Molowny, tres con Beenhakker y una con Toshack, la del récord de 107 goles.

«De la belleza tendemos que hablar otro día», decía Schuster, enigmático, minutos después de que su equipo celebrase en El Sardinero un título ya en el bolsillo. El alemán es exigente y, aunque su apuesta fue más vistosa y osada que la de Capello, sabe que su equipo no ha alcanzado el juego deseado y con frecuencia se encontró más feliz al contragolpe que con la iniciativa.

Calderón pregonó la «excelencia» cuando justificó el adiós del técnico italiano, pero en contadísimos partidos el Madrid ha rayado a un nivel comparable con los grandes de Europa. Ganó con una exhibición defensiva en el Camp Nou, brilló en campos como El Madrigal y Mestalla, estuvo muy firme en casa, donde el Getafe puso fin a más de un año de éxitos concatenados, le hizo un siete a un Valladolid suicida, y poquitas actuaciones más para grabar en el disco duro.

El Madrid se gastó 120 millones en fichajes el pasado verano pero su mejor refuerzo ha sido Raúl, un líder natural dentro y fuera. El 7 ha conocido el elixir de la segunda juventud. Con la Eurocopa siempre en el horizonte, ha completado su mejor temporada desde los dos Pichichis (98-99 y 00-01). Tras Casillas, es el más utilizado -sólo se ha perdido hasta ahora un encuentro- y ha demostrado con sus 17 goles, cinco más que Van Nistelrooy, que disfruta y rinde arriba, no cerca de los costados o de chico para todo como le tenía Capello.

Raúl ha marcado diferencias y ha sido el más regular junto al probable Zamora. Robinho fue de más a menos, Guti estuvo bien, Van Nistelrooy aportó lo suyo hasta que su tobillo dijo basta, y Sneijder, autor de ocho goles, ha sido el fichaje más rentable. Con Gago en franca progresión y el holandés, notable a balón parado, el Madrid dispone de dos buenos centrocampistas de presente y futuro. Robben llegó casi al final, Metzelder estuvo más en la enfermería que sobre el césped, Drenthe vive en su mundo y Saviola anduvo casi tan desaparecido como Soldado. Un campeón justo pero sin grandeza.