LUCES Y SOMBRAS

Paro endémico

Desde hace mucho tiempo la provincia, y la capital no es una excepción, ostenta dos tristes récords que gravitan sobre nuestra economía como una pesada carga difícil de soportar. Me refiero, como adivina el lector, al paro y al absentismo laboral. Según informa un grupo privado de investigación social, España encabeza en Europa la lista del absentismo con un 4,8 % de media. Entre las comunidades autónomas, Andalucía se coloca la primera y entre las provincias, Cádiz ocupa el mismo puesto con un porcentaje del 6,1%. Desde luego, el conocimiento de estos datos tan negativos no alienta la inversión del capital privado en la provincia.

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Es evidente que durante los últimos años el contexto económico y social ha cambiado, que la provincia se está dotando -por cierto con gran retraso, con algunas limitaciones y con una lentitud desesperante- de las infraestructuras que necesita para su desarrollo, pero aún así somos incapaces de sacudirnos la alta tasa de paro que nos atenaza. No se entiende bien cómo una provincia que dispone de tantas o más posibilidades de crecimiento que cualquier otra se encuentra tan castigada por el desempleo. En pocas palabras, se puede decir que Cádiz tiene de todo. Es un territorio de grandes contrastes que cuenta con una situación geográfica envidiable. Disfruta de buen clima, de magníficas playas, de tierras aptas para casi todas clases de cultivos, de ciudades y pueblos cargados de arte y de historia, de una larga e intensa tradición industrial en las dos bahías, de importantes puertos, de un aeropuerto con vuelos nacionales e internacionales, etc. Todos esos son factores que estimulan la generación de riqueza y trabajo. Sin embargo, otros territorios con menos recursos generan más actividad económica y por ende más empleo.

No es tarea fácil buscar explicación coherente a esta situación, pero es indudable que los costosos programas para hacer frente a las sucesivas reconversiones industriales y las políticas activas de empleo aplicables hasta ahora no dan el resultado apetecido. Algo falla o no se hace correctamente.

El porcentaje de población activa desocupada en el sector agrario de Andalucía y Extremadura ha sido superior al resto de España. Esta circunstancia propicia un sistema de economía subsidiada, sin duda necesario a falta de otras alternativas, que tiene una repercusión positiva en el mundo rural. Así ocurre también en buena parte de la provincia de Cádiz que además sufre la crisis del sector industrial. Crisis industrial que provoca numerosos expedientes de regulación de empleo con las consiguientes jubilaciones anticipadas. Hasta aquí el anverso de la moneda. El reverso viene condicionado, paradójicamente, por ese mismo estado de cosas que no favorece un mayor dinamismo empresarial ni tampoco un espíritu emprendedor sin los cuales no es posible el progreso de los pueblos. Establecer las condiciones adecuadas para fomentar la creación de empleo que se ajuste a las exigencias reales del mercado es un reto que debe plantearse la sociedad y la Administración.