El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, apostaba esta semana por explotar los yacimientos de petróleo y gas de la Reserva Natural de Alaska para mermar la dependencia energética./ AP
en un discurso optimista

Bush acusa al Congreso de obstaculizar la recuperación económica por no permitir los yacimientos en Alaska

Los demócratas, mayoría en la Cámara, responsabilizan a la Administración de favorecer el enriquecimiento de las grandes petroleras mientras las familias sufren la crisis

WASHINGTON Actualizado: Guardar
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Un optimista y confiado George W. Bush ha acusado al Congreso de Estados Unidos, de mayoría demócrata, de dificultar la recuperación económica del país. Los demócratas, por su parte, han respondido acusando al Gobierno de estar favoreciendo a las grandes petroleras, que obtienen beneficios récords gracias al alza en el precio de la gasolina, en un momento en que los bolsillos de las familias estadounidenses sufren por la ralentización económica.

Sin embargo, el presidente se ha mostrado optimista sobre el futuro de la economía de EEUU, especialmente tras conocer que no hubo contracción en el primer trimestre. En su tradicional discurso radiofónico de los sábados, el presidente ha recordado que en el primer trimestre del año, la economía no sólo no se contrajo, sino que creció seis décimas, una tasa que, no obstante, "no es tan elevada como hubiéramos querido". Aun así, se ha mostrado optimista y confiado en que "superaremos este período difícil y surgiremos más fuertes que nunca"

Bush ha defendido que su gobierno ha tomado medidas decisivas para afrontar la desaceleración, como es el paquete de devolución de impuestos por importe de 150.000 millones de dólares, que ya han comenzado a recibir las familias. En esta primera semana de devoluciones se han enviado ya transferencias electrónicas a 7,7 millones de contribuyentes, y la próxima semana comenzará el envío de cheques por correo, de manera que a final del verano se espera que hayan recibido su dinero las 130 millones de familias previstas.

Nuevos estímulos económicos

El presidente ha reconocido que otros indicadores recientes no han sido buenos, como el del empleo de abril, que descendió por cuarto mes consecutivo, pese a lo cual la tasa de desempleo bajó una décima, hasta el 5%. No obstante, cree que el paquete de ayudas permitirá a las "familias estadounidenses aumentar su poder de compra y ayudar a contrarrestar los elevados precios que estamos viendo en las gasolineras y en los supermercados".

"También dará incentivos tributarios a los negocios estadounidenses para que inviertan en sus compañías, lo cual creará empleos", ha asegurado Bush, confiado en que este estímulo económico "tendrá un efecto positivo sobre la economía en este trimestre".

No obstante, el presidente ha cargado contra la mayoría demócrata del Congreso por poner trabas a la exploración de petróleo y gas natural en el norte de Alaska, que permitiría ampliar la capacidad estadounidense de refinado de EEUU y, por tanto, reducir los precios de los combustibles. También les ha acusado de impedir el abaratamiento de los precios de los alimentos con su iniciativa de proyecto de ley agrícola. En su lugar, el Congreso debería aprobar "un proyecto de ley fiscalmente responsable".

Los recortes de impuestos

Con respecto a la crisis hipotecaria, ha recordado que el Congreso "no ha aprobado la legislación que les he solicitado repetidas veces para modernizar la Administración Federal de la Vivienda para permitir a más familias quedarse con sus casas". Igualmente, ha cargado contra la decisión de los demócratas de oponerse a los planes del Gobierno para hacer permanente los recortes de impuestos que aplican desde hace años.

"Con todas las demás presiones sobre sus finanzas, las familias estadounidenses no deberían tener que preocuparse de que el gobierno federal vaya a tomar una porción mayor de sus cheques de pago. Por lo tanto el Congreso debería eliminar esta incertidumbre - y hacer permanente el alivio tributario que aprobamos", ha explicado.

Por su parte, en otro discurso radiofónico, el senador demócrata por Nueva Jersey, Robert Menéndez, ha criticado la política energética de la Administración Bush. Ha explicado que cuando el presidente inició su primer mandato, el precio promedio de un galón de gasolina (3,78 litros) era 1,46 dólares, cuando ahora se acerca a los 4 dólares, lo que ha disparado los beneficios de las compañías petrolíferas. En su opinión, ha llegado la hora de "dejar de llenarles los bolsillos a las grandes compañías de petróleo, mientras se los vacían a la clase trabajadora".