REFERENTE. Imagen de la tienda en la Avenida. / O. C.
Ciudadanos

Ivarte suspende pagos y deja en el aire el futuro de tres tiendas en la capital

La cadena, que tiene a siete empleados en Cádiz, ha acusado el parón inmobiliario

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

A los comercios añejos siempre les ocurre. Superan su condición comercial para convertirse en un componente emocional, geográfico e incluso histórico de una ciudad. Hace 35 años, la cadena de electrodomésticos Ivarte se instaló en la plaza del Palillero de Cádiz y con los años llegaron otras dos tiendas más. ¿Quién no ha comprado alguna vez en Ivarte? ¿O quién no ha tenido una cita en su puerta? Las inmobiliarias sitúan sus viviendas en la Avenida «a la altura de Ivarte». Y altura, precisamente, es lo que parece faltarle a la matriz (ahora valenciana), que solicitó hace unos días el concurso de acreedores de la sociedad en el Juzgado número 1 de lo Mercantil de Valencia. También ayer llegó la noticia a los tres locales gaditanos y a sus siete empleados.

Porque no fue hasta ayer que el juez aceptó lo que antiguamente se denominaba suspensión de pagos (la ley concursal de 2004 acabó con las viejas denominaciones de quiebra y suspensiones, a cambio de concurso voluntario o involuntario). Ivarte ha optado por la voluntariedad, lo que le permite mantener cierta autonomía, aunque la toma de decisiones pasará a manos de tres administradores concursales, que tendrán que elaborar un informe en un plazo de dos meses sobre la situación real de la empresa. Después vendrá la apertura del proceso a los acreedores, que cobrarían en función de la venta de activos que se realice a partir de este momento.

Desde uno de los locales de Ivarte en Cádiz, un empleado con casi tres décadas de trabajo para la cadena aparenta normalidad. Ya pasó algo parecido cuando los actuales dueños valencianos se hicieron con la sede original en Madrid. Desde luego, nadie les ha dicho que vaya a cambiar nada. Que sigan su rutina, que no hay problemas. Aunque algo tendrán que vender para salir a flote.

A medio plazo

Los problemas sí se acumularon en la cadena. Con 60 establecimientos en España, el parón inmobiliario les ha golpeado en segunda oleada, es decir, al no construirse viviendas, no se compran tantos electrodomésticos. Tampoco hay dinero para renovar los antiguos.

La normalidad que aparentan los establecimientos gaditanos tiene una explicación más profunda. La proliferación en los últimos meses de procesos concursales responde a un intento de muchas empresas de huir del pago a corto plazo. Eso ha ocurrido con Jale Construcciones -que anuló sus pagos a finales de febrero-: que dispone de patrimonio suficiente para hacer frente a sus deudores, pero necesita tiempo para ir vendiendo sus promociones.

Como siempre, lo preocupante viene con los efectos secundarios, ya que hay muchas empresas auxiliares que no pueden diferir tanto los pagos y necesitan cobrar de forma inmediata.