VIAJE. Un grupo de turistas escucha atentamente las explicaciones de una guía en la plaza de la Catedral mientras otros toman un refresco en una terraza. / F. JIMÉNEZ
Ciudadanos

Casi 7.000 cruceristas estadounidenses y británicos toman el centro de Cádiz por un día

Los servicios turísticos estuvieron colapsados durante la mañana mientras los visitantes preguntaban por Correos, los horarios de las tiendas y dónde comprar sherry El barco más grande no llegó al muelle debido a una avería que lo retuvo en Lisboa

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Ayer llegaron a Cádiz 6.978 cruceristas en uno de los mayores desembarcos que se han visto en la ciudad. Se esperaban aún más, hasta 17.344 pasajeros deberían haber atracado en el muelle a primera hora de la mañana pero el barco más grande, Navigator of the Seas, procedente de Miami tuvo un problema mecánico que lo retuvo en Lisboa. Finalmente, atracaron Emerald Princess, Aurora, Costa Victoria y Andrea. Así se desinfló el récord histórico que se esperaba, pero esto no impidió que el centro fuese una fiesta de las culturas. La mayoría de los turistas eran estadounidenses y británicos, de poder adquisitivo medio alto y bastante edad media.

A la llegada se encontraron lo de siempre: una pequeña carpa, dos puntos de información -que fueron instalados por el Ayuntamiento-, taxis, autobuses turísticos y las calles de Cádiz.

A pesar de que muchos partieron por la mañana para hacer sus excursiones a Sevilla, el destino más demandado por los cruceristas, hubo miles de extranjeros en los monumentos, en las terrazas, en las tiendas. Los servicios turísticos estuvieron desbordados. Muchos visitantes desistieron de subir a uno de los autobuses que realizan la ruta por Cádiz, el responsable de la agencia de alquiler de coches tenía una amplia sonrisa, «porque salen muchos vehículos en estos días» y la agencia de guías turísticas, por ejemplo, tenía cuarenta grupos durante la mañana.

La primera parada, el Ayuntamiento de Cádiz. Allí también hubo atascos, ya que las entradas no habían sido programadas y algunos grupos se volvieron desde la puerta. Tras un paseo guiado por el centro, los turistas preguntaban por tres cosas: dónde se podía comprara jerez, dónde está Correos y hasta qué hora están las tiendas abiertas. La guía explicó a un grupo de estadounidenses que «durante el tiempo de la siesta había pocos comercios abiertos» pero que hasta las dos tenían la posibilidad de entrar en todos.

Las tiendas de ropa y de calzado estuvieron especialmente concurridas, como ya avisó el presidente de Cádiz Club de Calidad, Juan Tovar, «notamos que suben las ventas especialmente cuando llegan cruceros». Las que más mostraron su satisfacción fueron las cadenas como Zara o Mango, cuyas dependientas aseguraron que ésta está siendo una buena semana.

Comercios

Las zapaterías sí que estuvieron a rebosar: calzado fino, cómodo para andar, de hombre, todo se vendía ayer. Ya que si los cálculos de los últimos estudios realizados, en los que participaron Autoridad Portuaria, Ayuntamiento, Junta, Diputación y Cámara de Comercio, el 70% de los cruceristas se quedan por la zona de Cádiz y hacen un desembolso medio al día de 50 euros. Es decir, que en unas pocas horas entraron en Cádiz unos 245.000 euros. Esta importante entrada de dinero sería aún mayor si la ciudad fuese el primer destino escogido por los cruceristas, un lugar que ahora ocupa Sevilla, hacia donde parten excursiones organizadas y vendidas por los propios touroperadores que trabajan con el pasaje durante todo el crucero. Estos agentes son los que más influyen en la toma de decisión de un turista. Como muestra de la escasa promoción que se hace de la ciudad de Cádiz sólo hay que entrar en la página web de Costa Cruceros y comprobar que este destino aparece como una ruta de difícil acceso, algo comparable con un senderos peligrosos sólo aptos para viajeros aventureros. Si se tiene en cuenta que la edad media supera el medio siglo hay que decir que los visitantes que ayer bajaron del barco demostraron un gran interés por conocer la ciudad. Entre los comentarios que iban haciendo, además de apreciar los monumentos y la calidez de la gente, muchos subrayaron lo limpio que está Cádiz. Esto lo repitió en varias ocasiones Angelo Dimarco, estadounidense de ascendencia italiana.

mmorales@lavozdigital.es