ESPERANZA. Los desempleados de la barriada de Loreto diariamente buscan empleo.
CÁDIZ

El drama de vivir sin trabajo

Jóvenes de la barriada de Loreto, muchos de ellos con hijos, siguen viviendo con sus padres debido a la falta de «un empleo estable»

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Francisco Romero está «desesperado». Hace dos semanas perdió su empleo en Leche Pascual como repartidor y desde entonces lo único que hace es «mandar currículos a todos lados». A pesar de tener dos hijas de 16 y 12 años, la falta de estabilidad laboral le ha obligado a permanecer en el hogar de sus padres, un piso de 60 metros cuadrados en la barriada de Loreto, con la consiguiente pérdida de «intimidad» para todos. «El empleo en la Bahía está fatal y esto se lleva muy mal. He estado seis meses trabajando en el montaje industrial de estanterías y forrado de columnas en el Corte Inglés de Barajas, en Madrid. Eso me permitió mandar algo de dinero para mis hijas, pero estar lejos de casa también supone un gasto extra», cuenta.

Ángel Luis Carrasco y María del Carmen Jiménez Gómez tienen tres hijas de 13, 12 y cinco años y también sufren el drama del desempleo. Él, con 35 años, ha desempeñado diferentes oficios, como barrendero y marinero en la empresa de congeladores Machón Ben. «Nos embarcábamos durante 10 meses en Mauritania», recuerda sentado en uno de los bancos de la plaza Virgen de Loreto. Ángel manda diariamente currículos por internet a ciudades de toda España. «Mi idea es irme a trabajar como marinero en Galicia», cuenta.

Enrique Vela Morales, de 39 años, también tuvo que cambiar de aires para salir adelante, pero hace dos semanas llegó de Valencia con la intención de comenzar de nuevo. «He estado siete años trabajando en el sector de la hostelería en diferentes hoteles, pero al final decidí regresar porque aquí tengo un hijo de diez años. Ahora vivo con mi madre y busco empleo de lo que sea como conductor, repartidor, limpiador de cristales, etc», apunta al tiempo que agrega: «Estoy cayendo en un pozo y no me va a sacar nadie de ahí. Me estoy viendo mal, con un hijo y sin tener con qué ocupar el tiempo, que es lo peor que hay. Todo ello puede derivar una posible depresión».

Fran Soto es oficial de primera de carpintería oficio que desempeñó en el Corte Inglés hasta el 20 de diciembre de 2007. «Estoy harto de viajar por toda España. Decidí venirme porque no se puede hacer vida matrimonial pasando mes y medio fuera de casa. Ahora tengo muchas esperanzas puestas en las grandes infraestructuras que se van a hacer en Cádiz como el segundo puente y la plaza de Sevilla. La alcaldesa debería contratar mano de obra gaditana, pues yo lo que quiero es trabajar aquí en mi tierra de lo que sea», manifiesta. Y es que el sueño de todos estos jóvenes es conseguir «un trabajo estable» en su Cádiz natal.

jmvillasante@lavozdigital.es