EL RAYO VERDE

La hora del relevo

La irresistible ascensión de Bibiana Aído al Consejo de Ministros de España cogió con el pie cambiado a sus compañeros de partido. Más de uno supo la noticia por la llamada de este periódico, otro se hizo el enterado, aunque se le notaba naufragar, y alguno más incluso negó tal posibilidad con el tono sobrado de «me lo vas a decir tú a mí». Pasada la sorpresa inicial, la lectura preponderante fue de satisfacción por la cuota gaditana en el Gobierno, impensable después de que no se hubiera podido mantener el sexto diputado, aunque, en contra de lo que dicen los que dicen saber, en esto de los nombramientos de sus ministros el presidente decide él solo y sin componendas. No en vano tiene el control absoluto del partido. Por eso ha hecho lo que ha querido: rodearse de un equipo de gente, sobre todo, currante. Así, el jueves habló largo y tendido con Bibiana, recomendada por Rubalcaba, y al final le preguntó si se consideraba capaz de asumir esta responsabilidad. Ella aceptó, aunque entre tanto su mentor seguía resistiéndose a continuar, horrorizado, al parecer, por la perspectiva de una Legislatura plagada de funerales de víctimas de ETA.

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La verdad es que no se esperaba que a Bibiana le llegara tan pronto un cargo de tal calibre, dada su escasa experiencia política, que se reduce a su año y pico en Sevilla como directora de la Agencia Andaluza de Flamenco y su temporada como delegada de Cultura de la Junta en Cádiz, un cargo considerado de poco «cachet» para los políticos al uso, que supuso su estreno en la vida pública y que le permitió, aparte de una primera práctica y un escaparate bastante lucido, cimentarse un buen prestigio como mujer capaz, decidida y valiente, lista y con un instinto político fuera de toda duda. Entusiasta, sencilla, con ideas claras, todo el mundo supo que por sus propios méritos, y no sólo por sus «padrinos» alcalaínos, Bibiana tenía un gran futuro. Sus mayores apuntaban a la alcaldía de Cádiz, para hacerla escalar el Everest de derrotar a Teófila, pero la historia se ha escrito de otra manera y cuando mañana asista a su primer Consejo de Ministros, tras jurar, o prometer, ante el Rey, su biografía emprenderá camino a la estratosfera.

En Bibiana, pues, se demuestra que el relevo generacional en la clase política socialista es posible, deseable, hasta obligado. Ojalá tomen nota en Sevilla, apuntan los mentideros andaluces, que se matan por despejar la incógnita de la sucesión, por mucho que Chaves haya hablado de presentarse a las próximas elecciones autonómicas, sin duda para acallar al gallinero levantado después de que sugiriera su deseo de un relevo femenino. El tiempo corre para todos y ya hay algunos indicios de «gerontocracia», al estilo del antiguo Kremlin, en el stablishment sociata.

En cuanto al Ministerio de Igualdad, una nueva cartera que Zapatero prometió en campaña, puede considerarse un encargo relevante si se alinea con los objetivos del «republicanismo» o «ciudadanismo», pero habrá que ver qué presupuestos maneja en realidad. La convicción feminista de Zapatero, que se pone de relive especialmente en este Ejecutivo con más mujeres que hombres y en el encargo de Defensa a Chacón, se encarna en este Departamento, que considera uno de los tres pilares de su acción de Gobierno.

Las políticas en relación con la mujer piden a gritos un giro, y ese va a ser el principal trabajo de Aído, que no lo va a tener fácil, según las primeras reacciones, con el feminismo instalado en el poder, el del chiringuito y las prebendas. La «institucionalización» del feminismo ha supuesto en gran medida su desactivación. Los tiempos han cambiado, y mucho, para las mujeres que ya no necesitamos ranchitos, ni paternalismos. La transversalidad en las políticas es lo que de verdad va a hacer avanzar la igualdad. Es preciso superar los clichés sesenteros de la lucha de sexos y dar un salto adelante, en el que también los hombres se incorporen al camino.

Entre tanto, señora ministra, mis respetos y mis mayores deseos de éxito.

lgonzalez@lavozdigital.es