Una patrulla de la Ertzaintza acordona la subida al monte Izarraitz, ubicado entre las localidades de guipuzcoanas de Azpeitia y Akoitia, donde la pasada madrugada explotaron dos artefactos en el repetidor de Erlo. /EFE
NO hay daños importantes

Encontrados restos de la explosión de una bomba junto a un repetidor en Guipúzcoa

Pese a que en un principio se barajó la posibilidad de que fuesen dos, la Ertzaintza ha confirmado que se trataría de "un único artefacto temporizado de los que habitualmente utiliza ETA"

SAN SEBASTIÁN Actualizado: Guardar
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La Ertzaintza ha confirmado que ha sido un único artefacto el que ha explotado esta mañana en el repetidor de Erlo, en el monte Izarraitz de Azpeitia (Guipuzcoa), pese a que en un primer momento se barajaba la posibilidad de que fueran dos bombas, ha informado el departamento vasco de Interior a través de un comunicado.

Esta fuente ha explicado que los daños provocados por la explosión han sido de poca cuantía y han afectado a la puerta del recinto y al interior del mismo. Se trataría de "un artefacto temporizado de los que habitualmente utiliza ETA ".

El departamento vasco de Interior ha desvelado que un comunicante anónimo ha alertado sobre las 11:00 horas en nombre de ETA de la colocación de un artefacto en el repetidor de Erlo, lugar al que se han desplazado varias patrullas de la Policía Autonómica.

Una vez llevada a cabo una inspección ocular, los especialistas han observado cómo en la puerta del repetidor se observaban restos de lo que podía haber sido la explosión de un artefacto, "de lo que se deduce", ha explicado la Ertzaintza, "que la bomba había explotado antes de la llegada del primer agente al lugar".

El pasado 23 de febrero ETA colocó una bomba trampa contra la Ertzaintza en otro repetidor. En esa ocasión el artefacto, con cinco kilos de cloratita, estalló en el monte Arnotegui de Bilbao. Lo hizo dos horas después de lo anunciado por otro comunicante anónimo, cuando un robot de los artificieros de la Policía autonómica inspeccionaba la bomba. Se trató de una trampa contra los agentes.

Condena de los partidos políticos y de las instituciones

El Gobierno Vasco se ha mostrado crítico con que la organización terrorista no esté dispuesta a "respetar la opinión unánime de la sociedad vasca". "La violencia es sólo violencia y el atentado llevado a cabo hoy es un triste ejemplo más de que las bombas, las amenazas, las extorsiones y los chantajes de ETA no conducen a esta sociedad a ninguna parte". Además, ha recordado que la ciudadanía "aborrece la violencia y desea lograr un espacio de convivencia fundamentado en el respeto a las ideas de todos y en la paz".

La Presidenta del Partido Popular de Guipúzcoa, María José Usandizaga, se ha mostrado confiada en la actuación del Estado de Derecho ante este tipo de actos, al mismo tiempo que ha asegurado que los terroristas "no lograrán sus objetivos" y ha indicado que "esto tiene que servir para que todos los demócratas" se unan "para desbancar de las instituciones" a "quienes respaldan con sus silencios estas actuaciones y se niegan a condenarlas".

Aralar ha mostrado su solidaridad "a las personas que se hayan podido ver afectadas" por este atentado que sólo es "un obstáculo más en el camino hacia la paz que tanto reclama la sociedad de Euskal Herria". La formación abertzale exige además a ETA que "escuche lo que está solicitando insistentemente la sociedad" vasca y "dé paso a las vías exclusivamente políticas en la búsqueda de una solución al conflicto político de Euskal Herria".

En una nota, Eusko Alkartasuna (EA) ha asegurado a los autores de este atentado que sus actuaciones deslegitiman los lícitos objetivos políticos de los abertzales". En su opinión, esta clase de acciones "suponen un serio obstáculo en el camino hacia la pacificación y normalización política de Euskal Herria, que sólo llegará por medio de las vías políticas y democráticas".

Ezker Batua (EB) ha exigido a la izquierda abertzale que no continúe "supeditada a los dictados de ETA y condene estas actuaciones terroristas". Asimismo, ha destacado que la colocación de estos artefactos son un ejemplo más de "terrorismo e intimidación violenta" con el que ETA persigue "amedrentar a la sociedad vasca y coartar sus ansias de paz".