EL FORO

Periodismo precario

Muchos se sorprenden cuando conocen las condiciones en las que se ven obligados a trabajar muchos periodistas. El 7 de abril de 2003 fallecía en Irak Julio Anguita Parrado, corresponsal del diario El Mundo. Un día después moría José Couso, operador de cámara de Telecinco. Y un año después, en marzo del 2004, moría en Haití Ricardo Ortega, corresponsal de Antena 3. Anguita tenía condición de colaborador más o menos fijo y cobraba por pieza publicada. Couso trabajaba como autónomo y Ortega estaba en excedencia después de que la cadena lo destituyera como corresponsal en Nueva York. Se fue a Haití por su cuenta con una cámara y se «ofreció» para contar lo que allí pasaba.

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Las penurias de los informadores que se hallan en zonas de conflicto armado y que se juegan la vida son inaceptables y vergonzosas. Es difícil creer que estos periodistas relevantes tengan dificultades para vivir de su trabajo pero así es en muchos casos. Los medios de comunicación son empresas y a menudo se impone la regla económica de máximo beneficio-mínimo gasto. En el mundo de la televisión y la radio la precariedad está asentada. Algunas emisoras piden al periodista que se haga autónomo y la mayoría de las productoras de televisión se saltan a la torera el estatuto de los trabajadores. Hoy, trabajar en una productora que realice un programa a una cadena significa tener plena disponibilidad horaria. No hay horas extras que valgan, ni días festivos, ni pagas, ya que se prorratean para que así el sueldo parezca mayor de lo que es. La huelga de los periodistas de Andalucía Directo pone de manifiesto hasta qué punto las empresas explotan a los trabajadores. Han tenido que llegar a ese extremo para forzar a la negociación. El programa estrella de Canal Sur resulta que tiene a sus empleados en precario. Hace poco Andalucía Directo cumplió diez años. Debería durar otros diez más pero sin machacar a los periodistas, a los trabajadores, los verdaderos responsables del éxito del programa. Tener que ejercer el periodismo precariamente es una situación indignante en la sociedad de la información.