CANDIDATO. Un expresivo primer plano de Zapatero, ayer en Madrid. / AP
ESPAÑA

Zapatero corteja el voto indeciso de los jóvenes con el 'no' a la guerra

Los socialistas juegan a sembrar dudas sobre su triunfo para lograr una mayoría contundente

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Un millón setecientos mil nuevos votantes. Es una cifra suculenta que hace salivar a los estrategas del PSOE. Conseguir ahora su voto es invertir en futuro porque la sociología dice que la primera elección es la que cuenta y fideliza. Tanto que la dirección socialista admite que aún tiene problemas para meterse en el bolsillo a quienes vivieron su bautismo electoral en 1996 y votaron por el cambio que entonces representaba el PP. El recurso de José Luis Zapatero con los jóvenes sigue siendo el de 2004: «no a la guerra».

El presidente del Gobierno, que la semana pasada suspendió un acto en un centro universitario para preparar el debate del lunes, pronunció hoy un discurso en la Universidad Carlos III, de la que hasta hace un año fue rector Gregorio Peces-Barba, ante alrededor de 2.000 jóvenes simpatizantes. Fue su primera oportunidad en la campaña para dirigirse de verdad, de tú a tú, a este sector tan determinante de la sociedad porque la media de edad en los mítines suele ser elevada.

«Hace cuatro años se produjo una amplia victoria gracias en buena medida al voto de los más jóvenes, hartos de las mentiras y de la guerra de Irak. Y algunos dijeron, no os olvidéis, que habían perdido porque no se lo esperaban. Vamos a darles una lección, que haya una participación más amplia, para que siempre os esperen a los jóvenes en las urnas», arengó.

El tirón de este argumento sigue vigente. Al menos entre los jóvenes filosocialistas que se arrancaron a corear el «no a la guerra» cuando Zapatero prometió que, mientras sea presidente del Gobierno, ningún soldado saldrá de España a una guerra como la de Irak. Se guardó mucho de mencionar la presencia de fuerzas españolas en la misión de la OTAN en Kosovo, después de que la provincia serbia haya declarado su independencia de forma unilateral. El único conflicto que ayer existió para él fue aquel del que retiró a las tropas nada más llegar a La Moncloa.

Lo demás fue un discurso de «paz y convivencia». De apuesta por las energías renovables y por la ayuda al desarrollo que, según se ha comprometido, llegará en la próxima legislatura al 0,7% del PIB, lo que hará de España el primer país de los ocho grandes en dedicar ese porcentaje a la cooperación.

Los socialistas aseguran que los jóvenes están respondiendo bien a su llamada. Pero insisten en que en esta franja de edad aún hay demasiada distancia entre quienes parecen apostar por Zapatero y quienes, efectivamente, le votan.