ESPAÑA

Chaves y Arenas se miden en un duelo sin concesiones ni propuestas nuevas

Los candidatos de PSOE y PP a la Presidencia de la Junta completan un debate ácido pero muy ágil en el que esbozaron sus ideas de gobierno

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Chaves: «¿Sabe usted por qué responsables del PP nacional insultan a los andaluces? Porque siguen mirando a Andalucía como los señoritos, desde encima del caballo».

Arenas: «A mí, cuando era un niño, me enseñaron que un señorito era alguien que tenía mucho poder y que abusaba de ese poder y hoy, en Andalucía, el que tiene mucho poder y abusa de ese poder es el que tiene el poder político».

Manuel Chaves y Javier Arenas llegan pasados de frenada a su cara cara. Apenas concluye la introducción de un minuto, cuando los candidatos a la Presidencia de la Junta por PSOE y PP, respectivamente, se enzarzan en un fuego cruzado de acusaciones que tiñe el plató de Canal Sur de una densa sombra de crispación.

No será la tónica del resto del debate. Los protagonistas reconducen el envite con agilidad, librándose incluso del encorsetamiento pactado previamente por los dos partidos, que diseñaron una estricta agenda de temas a tratar. Tanto Chaves como Arenas rompieron esas fronteras, logrando un debate ágil y sin concesiones.

El rifirrafe sobre los señoritos es sólo un ejemplo de esta tensión. Arenas va a degüello y le dice a su oponente que, después de treinta años trabajando, que sólo haga constar en su declaración de bienes en el Parlamento un saldo de 3.000 euros «no hay quien se lo crea», acota.

A Chaves no le sienta bien ni el fondo ni la forma. «Lleva usted quince años intentando desacreditarme personalmente y deshonrarme», comenta para añadir: «Usted sólo tiene que darle al botón del ordenador y salen mis bienes, porque yo sólo he llevado a mi casa mi sueldo y diez mil euros de una herencia de mi madre», asevera.

A diferencia de la contienda del pasado martes, en la que también participaron Diego Valderas (IU-CA) y Julián Álvarez (CA), la charla tuvo constantes referencias a cuestiones nacionales, sobre todo en lo relacionado con la financiación y con la enseñanza del catalán en las escuelas oficiales de idiomas andaluzas (que desea el PSOE). Hubo, incluso, una incursión en el tema del terrorismo. Arenas dijo que aún estaba esperando una disculpa de Manuel Chaves por haber apoyado la excarcelación del etarra de De Juana Chaos. El presidente de la Junta no responde.

Al finalizar la grabación del programa explicaría que no ha querido introducir en un cara a cara entre dos aspirantes a la presidencia a la Junta el tema del terrorismo. «Eso le toca a Zapatero y Rajoy», apostilla.

La tensión mengua. Las intervenciones son cortas y los temas muy genéricos. El armamento pesado desaparece del tablero, pero los puñales dialécticos seguirán volando hasta el final.

No hay grandes anuncios, ni sorpresas. Sus propuestas las vienen desgranado en mítines y entrevistas. Ayer hablaron de:

ECONOMÍA Y EMPLEO

Dos visiones económicas

Dos versiones del 'paro cero'

Chaves insistió en que se puede lograr el pleno empleo -una tasa de paro inferior al 5%-, porque las políticas socialistas han sentado las bases para una economía fuerte. Arenas recuerda que el candidato a la reelección socialista lleva veinticinco años prometiendo ese pleno empleo, sin conseguirlo. Este fue el único momento de este tramo en los que los protagonistas se ciñeron al guión. Sus palabras, ideas y discusiones se iban por otros derroteros. Arenas le volvió a preguntar lo mismo que en el debate a cuatro. «Señor Chaves, si somos los primeros, porque vamos los últimos». El presidente andaluz no le respondió. El líder de los populares andaluces sacó a colación el tema de la posible sucesión de Manuel Chaves al frente del PSOE, por un «compañero o compañera», espetó. «A lo mejor es la niña de Rajoy», ironizó Chaves. Arenas hincó el diente en la que, a su juicio, son promesas incumplidas de Chaves, como la de que los andaluces con rentas inferiores a los 12.000 euros anuales dejasen de pagar impuestos. «Ese dinero lo dedicamos a las políticas sociales», indicó Chaves.

La salud de la economía andaluza representó esa dos visiones que tienen ambos de Andalucía. Para Chaves, un leve catarro; para Arenas, una gripe crónica muy contagiosa para miles de familias que no pueden llegar a final de mes. Ambos recurren, como hace cinco días, a las épocas en el que desempeñaron el puesto de ministro de Trabajo. «Es en lo único que nos parecemos usted y yo», le lanzó Arenas a Chaves. El líder del PSOE-A le reprochó a Arenas que cuando estuvo al frente de esta cartera, el paro en Andalucía era del 25%, mientras que ahora es del 12, 5%. Arenas le recordó a Chaves que, cuando desempeñó esta misión en el Ejecutivo de Felipe González, le hicieron una huelga general. Los dos, en cualquier caso, opinan que el pleno empleo es posible. Los populares insisten, sin embargo, en que si no hay un cambio en la política económica, este logro será una quimera.

SALUD, EDUCACIÓN Y POLÍTICA SOCIAL

Más colegios y hospitales

A vueltas con el informe PISA

Son muchas las propuestas sociales que plantea el PSOE. Por eso, Chaves aprovechó su primer turno para enumerarlas, a ritmo de vértigo. Becas para los hijos de las familias modestas, más profesores, alcanzar la cifra de 1.200 centros bilingües y un ordenador para cada dos alumnos, fueron algunas de ellas.

Tras la declaración de intenciones, Chaves trató de condicionar la intervención de su oponente: ¿Por qué le parece a usted monstruoso que se pueda dar una beca de seis mil euros?, preguntó el candidato socialista. Buena estrategia, pero Arenas no se dejó acorralar.

Ignoró a su adversario para criticarlo. Englobó todos los problemas que tiene la educación andaluza en una única causa.

Y es que el candidato popular cree que el PSOE «ha olvidado el valor del esfuerzo y la disciplina». A su juicio, esto ha motivado las «frecuentes» agresiones a los profesores, los altos índices de interinidad y, sobre todo, los malos resultados. En este punto, Arenas volvió a lanzar a Chaves el informe PISA, que sitúa a los escolares andaluces en la cola.

A estas alturas, Arenas echó mano de uno de sus latiguillos favoritos: El gratis total, con el que acusa constantemente a Chaves de fomentar políticas de gratuidad, en alusión a las numerosas propuestas que ha realizado el candidato socialista a la Presidencia de la Junta. Chaves traía la respuesta preparada.

Por eso, le preguntó si con esa crítica se refería a que hay que quitar la gratuidad del chequeo anual a los mayores de 65 años o la atención bucodental a los niños, políticas que han gozado de una gran acogida por parte de la población. Arenas, que centró su discurso en criticar las políticas de la Junta, aprovechó su intervención para cerrar el bloque y anunció que si abraza la Presidencia de la Junta pagará cualquier factura médica de servicios que se tengan que buscar fuera de Andalucía.

INFRAESTRUCTURAS, VIVIENDA Y MEDIO AMBIENTE

A vueltas con el AVE

Con Marbella en el tejado

Arenas, en el capítulo de infraestructuras, no dudó en arrancar con los problemas urbanísticos, motivados porque la Junta «ha tardado 20 años en aprobar los planes de ordenación».

Sin entrar de forma directa en el POTA -Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía- criticó la «desconfianza» que ha generado y su influencia en el aumento del paro. Habló de carreteras, y Chaves le contestó con una retahíla de proyectos conclusos e inacabados.

El candidato del PP trató de romper un tedioso debate sobre infraestructuras y se refirió a l A-92, «salpicada de todo tipo de escándalos y corruptelas». Entonces, sacó a relucir a Marbella. «Lo de Marbella no se puede volver a repetir y le atribuyo la responsabilidad», sentenció Arenas. El candidato socialista no lo dudó y acusó a los concejales del PP de «no decir nunca nada». Muy al contrario, «pactaron con GIL la Diputación y la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol», mientras la Junta ponía más de 400 denuncias. «Dejemos a Marbella tranquila, después de que tiene un ayuntamiento democrático», propuso Chaves. Eso sí, tras exponer uno por uno sus argumentos. Y nombrado GIL, rienda suelta. Arenas enfadó, por enésima vez en el debate a Chaves, al sacar a relucir cómo ha visto en el Palacio de San Telmo, en los actos del 28-F a Chaves recibir y «dar abrazos» a Jesús Gil, extremo que desmintió el presidente de la Junta.

Para zanjar la polémica sobre Marbella, el candidato popular trató de arrancar al presidente de la Junta el compromiso de devolver a esta ciudad los bienes incautados. Chaves no lo ignoró, aunque invitó al líder del Partido Popular a presentarlo en el Parlamento. Entonces, Chaves estaría dispuesto a apoyarlo.

ANDALUCÍA EN EL ESTADO DE LAS AUTONOMÍAS

De acuerdo en el Estatuto

La pelea de la financiación

Fue el bloque más técnico y, por lo tanto, el más denso. La cuestión central giró en el sistema de financiación que impulsará el próximo gobierno central. Arenas acusó a Chaves de haber permitido que Cataluña incluyese en su Estatuto un baremo de financiación basado en el Producto Interior Bruto (PIB). «Es como si la Unión Europea le hubiese dado sus ayudas a el Reino Unido, Alemania o Francia; en vez de España, Grecia o Portugal que eran las regiones con menor PIB y, por lo tanto, las que más lo necesitaban».

Chaves apuntó que PSOE, PP e IU habían pactado en el Estatuto de Autonomía de Andalucía, que las inversiones del Estado serían proporcionales al peso de la población andaluza en el conjunto del Estado. «Porque eso es lo que nos convenía», subrayó Manuel Chaves.

En este punto, ambos se desviaron hacia las comparaciones con Cataluña, un clásico en la política andaluza. «Yo no permitiré que ningún andaluz sea discriminado por razones idiomáticas en Cataluña, Valencia o Baleares», inquirió Arenas. Chaves le respondió: «La mejor ley de Igualdad que tiene Andalucía y España es la Constitución española».

TURNO DE DESPEDIDA

Guiño a los indecisos

Trayectoria y cambio

«Andalucía me conoce con mis defectos y mis virtudes, pero con respeto a los adversarios políticos, podemos decir que tenemos una sociedad más desarrollada, aunque todavía quedan déficit y problemas por superar».

Así comenzó Manuel Chaves sus dos minutos de despedida. Recalcó: «No tengo ni recetas mágicas, ni milagros, pero sí ofrezco mi trabajo para que nadie se quede atrás».

Arenas, por su parte, se centró: «Quiero demostrar que hay una alternativa de gobierno, quiero imprimir más velocidad un cambio de rumbo; los ciudadanos tienen que decidir si quieren seguir como hasta ahora o apostar por un cambio a mejor».

Chaves, que puso el punto y final al debate, coló de rondón el recuerdo del conflicto iraquí. «Ningún soldado andaluz irá más a una guerra injusta».

Arenas, por su parte, se decantó por hablar del futuro: «Hay que pensar en nuestros padres y abuelos a los que queremos mucho; pero sobre todo en nuestros hijos y nietos; hay que pensar en el futuro, quiero ser el presidente de todos sin rencores».