2007 ha sido el año de Fran Gómez. / TAMARA SÁNCHEZ
FRAN GÓMEZ BAILAOR Quédate con la copla...

El talento y el empeño

Con 28 años, este cordobés de raza ya tiene en su currículum el Premio Nacional de Arte Flamenco y el Carmen Amaya, entre otros

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Su padre era albañil. Su madre vendía cupones. En casa, hablar de ser artista era sólo una forma de entretener las tardes. En el barrio de Las Casitas, los sueños no alcanzaban, casi nunca, para llenar el estómago.

Los gitanos, como aquí, tomaban de vez en cuando la calle y, al calor de la candela, recuperaban los viejos cantes de fragua, festejaban por bulerías o se arrancaban las penas a golpe de soleá. Fran tenía cuatro años la primera vez que se levantó del umbral de su casa y se arrimó a esa hoguera racial de arte nocturno. Imitando a los mayores, dio sus primeros pasos. «Una vecina de mi madre, cuando vio que por lo menos tenía estilo, se plantó en mi casa y le dijo: 'Haga usted lo que sea, pero que el niño baile'», recuerda. Y el niño, gracias a su talento incuestionable y al empeño de su familia, acabó ganando el Premio Nacional de Arte Flamenco en 2007.

Empezó de la mano de Mariló Regidor, que ostenta el Premio Nacional de Baile Flamenco Encarnación López La Argentinita. A su formación añadió danza gracias al estudio privado de Margarita Jurado. Después compartió cartel con Sara Baras, Eva la Yerbabuena y Gerardo Núñez en el Festival Internacional de Música y Danza de Úbeda. Y, de ahí, al extranjero. En 2002 comenzó una gran gira por Europa que lo llevó a París, Amsterdam, Oporto, Lisboa, Praga, Budapest y Moscú.

En 2004, quedó finalista en el Nacional de Flamenco, obtuvo un rotundo éxito con Flamenquería. Pero su año, sin duda alguna, fue el pasado. Obtuvo el Premio Nacional de Arte Flamenco y fue galardonado con el Premio Carmen Amaya en el XVIII Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba. Casi nada.