María procede de la familia flamenca de Los Burrull. / T. SÁNCHEZ
Quédate con la copla... MARÍA JUNCAL BAILAORA

Temperamento incontenible

La artista canaria ha logrado con 'La hora de los milagros' demostrar que la juventud no está reñida con un exquisito dominio de la técnica

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Alguien le hace preguntas a una guitarra,y una bailaora le contesta con una noche flamenca llena de temperamento, raza, pasión y vida. Las voces de tres cantaores, el toque de dos guitarras, un cello y los sueños de una mujer vestida de bata de cola con una fuerza incontenible, vertebran La hora de los milagros, el espectáculo con el que María Juncal saca toda la sensualidad y el temple a la farruca, da luz a las alegrías y construye una cadena coreográfica sorprendente, desbordante e irrepetible.

Oriunda de las Islas Canarias, María Juncal nació en el seno de una familia flamenca: los Borrull. Inició su trayectoria estudiando ballet y danza clásica con Miguel Navarro, Rosalina Ripoll su tía Trini Borrull.

Ya en Madrid, tuvo la suerte de completar su formación con primeras figuras como la Tati, Güito, Merche Esmeralda y Ciro. De ahí, a la escena internacional: Inglaterra, Canadá, China, en las compañías de Manolete, José Greco o la National Theatre Company of New York.

Su presencia radical destacó especialmente en Pura Pasión, producido por Joaquín Cortés y en La musa gitana, de Paco Peña. Su espectáculo Azabache y miel, y posteriormente su actuación en la ópera Carmen despuntaron su carrera como bailaora de éxito. Posteriormente, con Instantes, de la propia María Juncal, obtuvo un rotundo triunfo.

Entre sus logros más destacados, en 2006 fue invitada por Alicia Alonso a participar en el Festival Internacional de Ballet de La Habana. Ganadora del prestigioso Premio Nacional de Danza Antonio Gades 2004, en Córdoba, y del Trofeo Desplante del XLVI Festival de Cante de las Minas, en su edición 2006, con Destemplao hizo una larga gira internacional, que también le valió algunas de sus críticas más entusiastas. dperez@lavozdigital.es