Séneca

Pero, además, marcó a todos los andaluces, pues todos tenemos un Séneca dentro. ¿¿Qué nos gusta dar consejos!! Y que malamente nos va. En cualquier bar de Andalucía, en un rincón de la barra, vive Séneca. Ese hombre que ve pasar la vida por el bar y va soltando frases lapidarias y consejos a diestro y siniestro aunque no se le pidan, y él no ha escuchado ninguno y está tieso como la mojama. Uno entra en el bar, y al pedir un refresco y una tapa escucha una sentencia que dice: «comerse una tapa de menudo con un coca cola y con picos es delito». Eso te hace levantar la cabeza y descubrir en el rincón al Séneca de turno, que no te quita la vista de encima, y que si te coge el día chungo le respondes: «¿¿Oíga!! Desde que murió Romanones cada uno come como le sale de los cojones». Dando fin a la conversación, pues la cosa está como para consejitos.

Pero, no sólo los Sénecas habitan en los bares pues en el mundo futbolero es donde los hay a patas. El otro día, sin ir más lejos, pude leer una clase magistral, del Sr. Alberto Benito, de cómo llevar la dirección deportiva de un club y una serie de consejos a seguir para que el Cádiz consiga el ascenso. Todo ello con cierto aire de superioridad, que ahora mismo le da el que a su actual club, el Almería, le rueda bien la bola. Se agradece. Pero nos preguntamos que todo lo que aconseja por qué no lo llevo a cabo cuando estaba aquí. Como dijo Séneca, ¿por qué no se aconsejó a si mismo antes de aconsejar a los demás?. ¿O no se acuerda que él fue señalado como culpable pues los fichajes que traía no funcionaban ninguno? El achaca que todo el mal del Cádiz es la falta de dinero. Puede ser cierto, seguro que lo es. Pero también un filósofo griego dijo: «Bienaventurado el que tiene talento y dinero, porque empleará bien este último». ¿Me entiendes?

«No hay viento favorable, para él que no sabe donde va». Que los ánimos del cadismo son como la montaña rusa no es nuevo, es crónico. Perdemos un partido y no valemos un duro, ganamos el siguiente, y somos los mejores del mundo. Que se va Lobos y nos queremos hacer el Harakiri, que Natalio mete dos goles y es el nuevo Mágico. Yo no sé si esto es bueno o malo, pero yo ya estoy acostumbrado y no me imagino el fútbol de otra forma. Pues ir al Carranza para comerme una tonelada de pipas y estar allí como el que ni siente ni padece. No. Para eso me quedo en mi casa viendo Supervivientes. Pero el entrenador no puede entrar en este juego. El tiene que tener muy claro qué quiere y a dónde vamos. Hay que tener un objetivo. No es lo mismo jugar para no descender que jugar para ascender. Dice que ha dado con el bloque ¿¿ya era hora pisha!! Pues ahora tiene que aclararse él y si lo cree conveniente jugársela ¿¿Hay que arriesgar!! Pues: «Vencer sin peligro es ganar sin gloria».

¿Y el Córdoba? Bueno, pues los cordobeses para hacer honor a su paisano se han tomado el partido con filosofía. Llevan una semana hablando del Cádiz. Cosa que no sé por qué hace tiempo que aquí no pasa, hablar del partido. Se lo han planteado como si fuera una final. Buena filosofía para que la plantilla este concentrada. Además desde aquí la prensa entrevista a los jugadores cordobeses, lo que hace que para ellos se incremente el interés. Allí siempre ha existido, digamos, cierto cariño, cierto apego por las cosas de Cádiz. Y el Cádiz es una de ellas. Además nos siguen viendo como con cierta distancia pues no paran de repetir que el nuestro es un equipo hecho para ascender y el de ellos para mantenerse. No sé por qué me suena a mí a mano de vaselina, a curarse en salud. Dicen que no es un partido clave pero con la boca chica. Están a tres puntos del descenso y de perder empezaría a complicarse la cosa. Pero como se coje antes a un mentiroso que a un cojo, Javi Navarro, el delantero de ellos, ha demostrado el sentir verdadero del Córdoba. Dice no entender la situación del Cádiz. ¿¿Ni él, ni nadie!! Y que ahora mismo sea un rival directo. Pues si nos ganan se igualan con nosotros y ya estaríamos hermanados también en sufrimiento. ¿¿Qué miedo me da este Córdoba!!

«El cabalgar, el viajar, recrean el ánimo». De esto los cadistas saben tela. Y a la mínima, al menor síntoma de mejoría, ¿¿Ea!! Ahí van ellos detrás de su equipo, como en penitencia perpetua. Y aunque las consignas de estos Sénecas gaditanos no sean tan bellas, como la del cordobés. Les juro que escucharlos decir: ¿¿Ese Cadi Oe!! ¿¿Hasta la victoria final!! O incluso ¿¿Alcohol, alcohol!! Resucita a un muerto. Estoy seguro que ustedes dirán: ¿¿Vaya, vaya!! El rollazo de filósofo de casapuerta, que ha cogido Manolito. ¿¿Llevan razón!! Qué quieren que les diga. Ya les dije al principio que todos tenemos un Séneca, dentro. Y yo no iba a ser menos. Y aún sabiendo que la mayoría de las cosas que digo son una tontería. Yo me quedo tranquilo al decirlas. Y además porque me emocionan las incansables muestras de cariño de mis paisanos hacia su equipo. ¿¿Por muy malo que sea!! Pues como dijo el verdadero Séneca: «Ninguno ama a su patria porque es grande, si no porque es suya».