'Imperioso' con ruedas

Como no podía ser de otra manera, a la subasta del Rolls Royce municipal que el desaparecido Jesús Gil convirtió durante sus años como alcalde de Marbella en un símbolo más de su peculiar y ostentosa manera de gobernar también se le puede sacar punta. Y mucha. El lujoso vehículo, que desde 1992 le sirvió indistintamente para trasladarse a los juzgados o para pasear a una pareja de recién casados, va a cambiar de manos: de las de Gil a las de Franco.

Ése es el nombre de la empresa de La Salzadella (Castellón) que ayer se impuso en la subasta pública con una oferta de 39.205 euros sobre los 34.650 euros de salida: Grupo Franco Obras y Proyectos, que debe su nombre a su gerente, Alejandro Franco, aunque su vinculación con el caudillo tan sólo se quede en el nombre y con Gil sea inexistente. «No tengo constancia de que lo conociera; puedo afirmar que no», aseguró Víctor Escuder, abogado que actuó en representación de la empresa, que paradójicamente resultó ser una constructora.

Como «inversión»

En medio de una expectación que le pilló con el paso cambiado, desmontó teorías fetichistas de una posible admiración al que fuera presidente del Atlético de Madrid. «Queríamos realizar una inversión, nos parecía un precio razonable; aparte de que el gerente es un apasionado de los coches», explicó Escuder. De hecho, fue internet quien les descubrió el chollo del gilismo.

También restó importancia al simbolismo del Rolls Royce. «Siempre estará impregnado de esa significación política, aunque lo pintáramos de color rosa», bromeó tras la puja, en la que el Grupo Franco se impuso a dos particulares, vecinos de Badajoz y Almería, que presentaron ofertas inferiores. Y poco más. Anunció que su destino, una vez esté en sus manos cuando culmine el trámite administrativo y realizados los retoques pertinentes, será empresarial -«para actos de presentación»- e incluso personal.

Más claro claro aún tiene el destino de los fondos el Ayuntamiento. La alcaldesa, Ángeles Muñoz, aseguró que los casi 40.000 euros se invertirán en proyectos sociales y mostró su satisfacción con dar salida por fin, tras una primera subasta que quedó desierta, al vehículo, no exento de su capítulo oscuro.

Durante meses, con Marisol Yagüe como regidora, estuvo misteriosamente desaparecido. Luego se supo que lo aparcaron en la finca de un empresario imputado en el caso Malaya.