Dani y Casas, agua y aceite

Había interés por ver el rendimiento que podía ofrecer el Cádiz actuando con dos delanteros desde el pitido inicial. Antonio Calderón había apuntado a principios de semana que ese era su deseo para un futuro no muy lejano, cuando llegaran los ansiados refuerzos invernales, pero los problemas gástricos de Parri le ayudaron a adelantar la situación.

Casas y Dani formaron la dupla ante el Hércules, pero ni cuando el argentino arrancó por detrás del trianero, ni cuando se juntaron cerca del área consiguieron generar peligro, más bien todo lo contrario. La imposibilidad de conectar con su pareja de ataque y la presión de los defensas herculinos propiciaron que ambos acumularon cerca quince perdidas de balón.

Como agua y aceite. Así se relacionaron en el día de ayer los únicos dos delanteros que tiene actualmente la primera plantilla cadista. El entusiasmo inicial de ambos se cortó de raíz a los diez minutos. El error de Casas tras un buen servicio desde la izquierda, intentando controlar con el pecho hacia la posición equivocada, y un buen disparo de Dani en el que se acomoda a la perfección el esférico en la frontar del área, fueron los únicos argumentos válidos que aportaron al equipo en su faceta de goleadores. A partir de ahí, desesperación, imprecisión e impotencia. El ex del Betis dejó su puesto en el minuto 60 visiblemente contrariado para dejar paso a Bienve y Casas estuvo poco fino en un par de acciones en los que tardó en salir de la zona de fuera de juego. No fue el día del Cádiz, ni el de sus delanteros; el primer experimento fue fallido.