Trasladan varios fardos de hachís, incautados por la Guardia Civil hace varios meses. / MIGUEL GÓMEZ
Ciudadanos

La banda del Follarranas se enfrenta a 135 años de cárcel por tráfico de drogas a gran escala

Es la última gran organización de narcos desmantelada en la provincia, compuesta por tres clanes familiares de Conil Sus integrantes fueron arrestados en diciembre de 2005 y se sentarán en el banquillo de la Audiencia el próximo día 21

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En diciembre de 2005, la opinión pública conoció el extraño apodo de un vecino de Conil, de nombre Pedro Heredia Brenes, pero llamado por sus allegados como el Follarranas. Este apelativo también sirvió para denominar a una banda de narcos, compuesta por tres clanes familiares conileños, que conformaron la última gran organización de traficantes gaditanos de hachís que ha sido desmantelada en la provincia. A finales de 2005 fueron detenidos sus integrantes y el próximo día 21 se sentarán en el banquillo de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial, en un largo juicio que está previsto que se desarrolle durante una semana y media.

El fiscal solicita a través de su escrito de acusación un total de 135 años de prisión para los 23 integrantes que serán enjuiciados por introducir grandes cargamentos de hachís por el litoral. La Guardia Civil les vinculó en su día, cuando divulgó el contenido de la denominada operación Anfibio, con cerca de 30 alijos o lo que es lo mismo, unas 30 toneladas de hachís que lograron alijar en playas de La Janda en poco más de un año.

Pese a que esa información la pudo obtener el Instituto Armado a través del pinchazo de los teléfonos de los tres cabecillas de la banda; lo cierto es que sólo se les incautó alrededor de 1.000 kilos de hachís en octubre de 2005, cuando el equipo de Policía Judicial encargado de la investigación decidió abortar un alijo en El Palmar y comenzar con la cadena de detenciones hasta llegar a 28 arrestados.

Así lo pone de manifiesto la Fiscalía, que explica cómo las pesquisas policiales pudieron determinar la ejecución de una descarga de droga días antes de la irrupción de los agentes y en el mismo punto de la costa. Pero el Instituto Armado sólo pudo recuperar en esa ocasión la embarcación que había sido utilizada por los narcos, la cual había sido abandonada en la playa.

La banda del Follarranas, según describe el Ministerio Público, estaba liderada por tres personas: Sebastián Fernández Bustos, alias Chano; José Manuel Trujillo Galindo, alias Fornel; y el propio Follarranas. Éste último era el encargado de viajar a Marruecos para contactar con los traficantes marroquíes, recoger la droga y transportarla hasta Cádiz. Los otros dos se dedicaban a organizar las operaciones de descarga y el posterior almacenaje de los cargamentos hasta su entrega a los compradores.

La Fiscalía apunta cómo los tres cabecillas recurrían a familiares como madres, parejas sentimentales, hermanos y primos para blanquear las ganancias obtenidas mediante el tráfico de hachís, guardar el dinero e incluso participar en las operaciones a pie de playa.

Orden de extradición

Por cada 1.000 kilos que transportaban desde Marruecos, obtenían 120.000 euros, que repartían en función de la responsabilidad y posición que tenía cada miembro en una estructura jerárquica.

De los tres cabecillas, José Manuel Trujillo será el único que no podrá ser enjuiciado ahora. Se encuentra preso en Marruecos en donde trató de refugiarse la noche en la que comenzaron las primeras detenciones. Pero la Gendarmería, que colaboró con la Guardia Civil en esta operación, lo estaba esperando en la costa alauíta cuando Fornel regresaba a bordo de una embarcación. La Fiscalía solicita que se tramite su extradición, aunque pretende que se recoja testimonio suficiente en este juicio para poder formar una pieza suficiente que permita enjuiciarlo por un tribunal de la Audiencia Provincial en un futuro.

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