Los agentes inspeccionan el Mercedes tras desalojar el edificio. / ÓSCAR CHAMORRO
CÁDIZ

Un falso coche-bomba

La Policía desalojó ayer la Delegación de la Junta tras hallar un «vehículo sospechoso con textos en árabe en el interior»

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Fue un vigilante el que dio la voz de alarma, hacia las 10.30 de la mañana. Dos individuos bajaron deprisa de un Mercedes azul con matrícula italiana que acababan de estacionar frente a la Delegación de la Junta en la plaza España y se alejaron del vehículo. Cuando el guarda fue a inspeccionar encontró el coche abierto y dentro «objetos y papeles escritos en árabe». Por ello, decidió avisar a la Policía, que se presentó a los cinco minutos del aviso en un vehículo camuflado. Los agentes, a su vez, localizaron a la unidad de Tedax (técnicos especialistas en desactivación de explosivos) quienes, tras una inspección visual, resolvieron que la zona se acordonara y el edificio fuera desalojado.

Los funcionarios, incluido el propio delegado de la Junta, José Antonio Gómez Periñán, fueron bajando de manera ordenada y se situaron en la calle Colombia, que también fue acotada.

En cuanto se detectó que era una falsa alarma, tal y como reconoció el responsable de los Tedax, se deshizo el cordón de seguridad y los policías nacionales y locales procedieron a tomar notas del coche y se llevaron la documentación que encontraron en la guantera.

El vehículo, con matrícula BG-D16835, se encontraba estacionado justo en frente de la puerta de entrada a la Delegación, en una zona prohibida. Dentro podían verse papeles de un periódico escrito en árabe, botellas de agua y en el maletero, varios objetos personales, como unas chancletas. En la parte delantera, colgado del espejo retrovisor, junto a los ambientadores, había un texto escrito en árabe y plastificado.

Debido a que estaba mal aparcado, pero también para tomar las oportunas huellas digitales y completar el informe, la Policía Local se hizo cargo del vehículo y avisó a la grúa. El coche fue retirado a las 11.10 de la mañana.

Pocos minutos después el conductor del vehículo se presentaba para recogerlo y comprobaba que éste había desaparecido. Se trataba de Mustafá, un joven marroquí residente en Chiclana, que explicó que el coche era propiedad de su hermano y que procedía de Italia.

«Yo no tengo miedo de que la Policía me pregunte, porque tengo todos mis papeles en regla», manifestó el joven, que agregó que había acudido a Cádiz para realizar diligencias y «por eso llevaba prisa».