Lotería

En realidad, no creo que vayan a faltar oportunidades para la ilusión y para la decepción a lo largo de este año que acabamos de estrenar. Los ludópatas deben estar muy atentos, ya que deben saber que el ansia por enriquecerse los hará más pobres cada día. Pero es que, una de las maneras de que nuestra cuenta de ahorros cambie rápida y sustancialmente es jugando a hacerse rico.

Y la verdad es, que eso de hacerse rico nada más que tiene ventajas, observen ustedes con qué facilidad se le olvidan a los nuevos ricos que la leche ha subido, que el pan también, que la luz y el teléfono ni te digo y, que la gasolina al igual que la bombona de butano no van a ser menos que otros productos. Para quienes antes estos asuntos les producían gravísimos y fortísimos dolores de cabeza, hoy lo resumen con frases como esta: «porca miseria».

Se juega tanto porque son muchos lo que ansían desesperadamente olvidarse de esos pequeños problemas cotidianos y, porque posiblemente sea la única manera de hacerse rico honradamente, de comer conejo o lo que le de a uno la gana y, de dejar la propina que estimen conveniente en bares y restaurantes.

Quienes tuvieron la suerte este año de encontrar trabajo, de renovar el contrato o de no ser regulado ni reconvertido saben cuán grande es su pequeña gran fortuna. Una fortuna que deben proteger de quienes a pellizquitos intentan todos los meses arrebatársela.

Esta es otra manera de hacerse rico, menos honrosa posiblemente, pero muchísimo más efectiva. Y a quienes no encontraron trabajo o fueron despedidos no sé qué decirles, porque si trabajando ya es difícil que te dejen llegar a fin de mes, sin recursos es algo que sinceramente me cuesta imaginar. Vaya para ellos especialmente mis mejores deseos de paz y prosperidad, para este año nuevo que comienza con tantas ilusiones como posibilidades de poder ilusionarse y de desilusionarse.

Expósito Sailor Barbate