HILLARY CLINTON SENADORA POR NUEVA YORK

Animal político con coraza de hierro

A Hillary Clinton se le achaca una frialdad casi inhumana que parece levantar un muro para el resto de las personas. Esa imagen es, sin duda, la que ha contribuido a que su victoria en New Hampshire estuviera en el alero hasta el final. Un gesto emotivo, de última hora, y comentarios como que a pesar de lo agradable que es Obama ella tampoco resulta tan mala, parece que ayudaron a ablandar el corazón de los electores.

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Pero ese retrato no puede ocultar a un animal político de muchos quilates cincelado a base de una educación estricta que la obligó a dejar aparte sentimentalismos baldíos. Los medios estadounidenses citan con frecuencia una anécdota de su padre, Hugh Rodham, quien, después de que la pequeña Hillary llegase un día a casa con las máximas calificaciones escolares, apostilló que estudiar en ese colegio debía de ser muy fácil. Un golpe bajo.

Su madre, Dorothy, tampoco se anduvo con contemplaciones en otra ocasión cuando su hija se quejó de que alguien se metía con ella en la escuela, a lo que su progenitora respondió que en la casa de los Rodham no había lugar para los cobardes. Ese 'cálido' entorno familiar le ayudó, sin duda, a desarrollar una fachada de hierro con la que ha podido encajar los golpes políticos que con su marido ha tenido que soportar.

Nacida en 1947 en Chicago, Hillary se presenta como la candidata demócrata con más experiencia en los pasillos del poder, lista para asumir el timón de la primera potencia mundial desde el primer día. Su apellido de casada juega una importante baza a su favor, como ha quedado claro en los últimos meses, en los que Bill Clinton ha abarrotado los foros en los que ha respaldado la campaña de esposa. No falta quién apunta que el ex presidente le está devolviendo los favores que le hizo ella al perdonarle sus sonadas infidelidades.

En la mente de muchos estadounidenses está grabada todavía la imagen de los Clinton cruzando los jardines de la Casa Blanca en 1998 después de que se destapase que Bill había mantenido un romance con la becaria Monica Lewinsky. El matrimonio presidencial partía de vacaciones con su hija Chelsea en medio agarrándoles la mano. Hillary tenía toda la pinta de estar furiosa, pero aun así permaneció al lado de su marido. El sacrificio la recompensó políticamente, al ser elegida para el Senado en 2001.

Los estadounidenses decidirán en los próximos meses si ven en ella las cualidades necesarias para elegirla como la primera mujer en llegar a dirigir la Casa Blanca. Desde luego, si al final no logra su propósito no será por falta de temperamento.