HOY. La actriz va a cumplir 40 años. / L.V.
GILLIAN ANDERSON

La agente Scully se formó en un grupo de teatro amateur

Era una perfecta desconocida cuando se presentó a la audición que buscaba a los protagonistas de una nueva serie. Los creadores de Expediente X estaban aún lejos de imaginar lo exitoso que sería aquel producto sobre casos paranormales y los actores elegidos para la serie también ignoraban que en poco tiempo se convertirían en dos de los personajes más populares de la pequeña pantalla.

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Para el papel de la agente del FBI Dana Scully eligieron a la actriz Gillian Anderson (Chicago, 1968). Formada en las entrañas de un grupo de teatro amateur y más tarde en un prestigioso centro de Nueva York, el rostro impasible de Anderson no figuraba aún entre el elenco de actrices televisivas más populares. Pronto lo estuvo. La serie se estrenó con gran éxito en Estados Unidos y se importó a muchos países, entre ellos España, donde también tuvo una generosa acogida por parte del público. Para entonces Anderson había dejado de ser ya una mujer anónima.

A propósito de la fama que le reportó el personaje de la agente Scully, hablaba recientemente en una entrevista. «La fama es complicada. No hay privacidad y cualquiera te reconoce en cualquier sitio. Tú no lo ves pero te están haciendo fotos sin permiso continuamente», relataba la actriz, que participó en 196 capítulos de Expediente X entre 1993 y 2002.

Además de en esta serie -por la que recibió un Emmy y un Globo de Oro-, ha hecho alguna colaboración en Frasier y Los Simpsons. En la actualidad tiene cinco trabajos en producción o rodaje. Casada y separada dos veces, su primer marido fue un director artístico de Expediente X al que conoció durante la primera temporada -se casaron junto a uno de los hoyos de un campo de golf-. Tiene dos hijos.