DETENIDO. Uno de los dos sospechosos de la matanza es trasladado en un vehículo de la Policía. / AP
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Navidad sangrienta

Seis miembros de tres generaciones de una misma familia fueron asesinados a tiros en Nochebuena cerca de la ciudad estadounidense de Seattle

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PARA una familia del condado de King, en Seattle, la llegada de Santa Claus el día de Nochebuena se convirtió en una pesadilla de la que no despertó. Seis de sus miembros, entre ellos dos niños de seis y tres años, perecieron en una matanza difícil de explicar. .

Una vez más las armas de fuego en poder de descontrolados dejaron un reguero sangriento en una pacífica localidad estadounidense. De momento, dos personas han sido detenidas por las autoridades policiales como sospechosas de cometer la masacre.

Las tres generaciones de la misma familia vieron cómo la cena de Nochebuena quedó interrumpida bruscamente a tiros. John Urquhart, portavoz del Departamento del Sheriff de King, aseguró que «todavía se desconocen los motivos de la matanza».

Urquhart añadió que los sospechosos, un hombre, de 30 años, y una mujer, de 29, fueron arrestados bajo sospecha de homicidio, pero no desveló sus nombres. Se espera que los cargos se presenten esta semana. La pareja acudió a la escena del crimen después de que llegaran los investigadores, que les interrogaron y, a continuación, les detuvieron. También se desconoce si los detenidos son familiares o conocidos de las víctimas.

Gracias a las declaraciones de vecinos y amigos, el diario 'Seattle Post-Intelligencer' pudo identificar a las dos víctimas de mayor edad como Wayne Scott Anderson, de 60 años, un ingeniero aeroespacial que trabajaba para Boeing, y su mujer, Judy Anderson, empleada de correos. También ha podido saberse que la propiedad en la que ocurrió la tragedia incluye además una vivienda móvil adyacente. Las autoridades no han confirmado si los inquilinos de la caravana están entre las víctimas.

En la casa donde ocurrió la masacre, situada a unos 32 kilómetros al este de Seattle, vivía el matrimonio formado por los Anderson, que tienen tres hijos, uno de los cuales residía con ellos. Mark Bennett, vecino de la familia explicó que Michele, una de las hijas, sin embargo, ocupaba la casa rodante del jardín. Otra hija de la pareja, Mary, y su hermano, Scott, habitan una casa ubicada en la zona.

El detective del alguacil Bob Conner manifestó nada más descubrirse el múltiple asesinato que las autoridades estaban revisando los alrededores para comprobar si había más víctimas, pero destacó que los vecinos de la zona no corrían peligro. «Deben aceptar mi palabra», afirmó contundente.

Ahora se está a la espera de que el departamento del forense lleve a cabo las autopsias para conocer más datos sobre lo sucedido la noche del día 24, pero todo indica que los fallecidos perecieron a causa de múltiples disparos realizados por una o más personas.