El ex presidente peruano Alberto Fujimori, en la Sala Penal especial de la Dirección Nacional de Operaciones Especiales de la Policía (Dinoes), antes del inicio del juicio oral. /EFE
suspendido el juicio hasta el miércoles

Fujimori rechaza los cargos que se le imputan y defiende su inocencia

La fiscalía pide que se condene al ex presidente peruano a 30 años de cárcel y al pago de más de 22 millones de euros en concepto de indemnizaciones

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El ex presidente peruano Alberto Fujimori ha rechazado todos los cargos de violación de los Derechos Humanos por los que está imputado por la Justicia peruana y en el que la fiscalía pide que se le condene a 30 años de cárcel y al pago de 22,6 millones de euros y ha defendido su inocencia.

En medio de la expectación nacional y una notoria desorganización en el tribunal, Fujimori se ha convertido en el primer gobernante peruano en ser enjuiciado por violaciones a los derechos humanos. La Sala Penal Especial de la Corte Suprema lo juzga por las matanzas de Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992), en las que murieron un total de 25 personas, y por los secuestros del periodista Gustavo Gorriti y del empresario Samuel Dyer.

"Rechazo los cargos, totalmente, soy inocente y no acepto esta acusación fiscal", ha dicho hoy el ex presidente durante su intervención, en la que tuvo que ser llamado al orden por el presidente de la Sala Penal Especial de la Corte Suprema, César San Martín.

"Si se cometieron hechos execrables los condeno, pero no fueron orden de quien habla. Yo por eso señor presidente, ¡rechazo los cargos totalmente! ¡Soy inocente! y no acepto esta acusación fiscal", ha declarado Fujimori, dirigiéndose al juez.

Defiende su postura

Fujimori ha asegurado, alzando la voz, que no es responsable de la violación de los Derechos Humanos en su gobierno y que él ha defendido los de los peruanos frente al terrorismo. "A raíz de mi gobierno se rescata los Derechos Humanos de 25 millones de peruanos, sin excepción alguna. Si se cometieron algunos hechos graves los condeno, pero no fueron orden de quién habla", ha manifestado en su defensa.

Fujimori ha destacado que cuando en 1990 asumió la Presidencia de la República el país estaba casi a punto de colapsar. "Con el país desangrándose, 50 por ciento del territorio controlado por esas huestes terroristas, 560 comisarías replegadas y las Fuerzas Armadas sin armas", ha agregado.

El presidente de la Sala, César San Martín, ha recordado a Fujimori que tiene que respetar las directivas del tribunal y limitarse a pronunciarse únicamente sobre los cargos que se le imputan.

El ex presidente se ha disculpado por su alocución pero ha pedido que se admitan sus declaraciones en el proceso que se sigue en su contra. "Yo agradezco por haberme dado esta oportunidad de exponer brevemente lo que va a hacer mi defensa que naturalmente será en base a pruebas y no en base indicios o sospechas y presunciones", ha dicho Fujimori .

El ex mandatario peruano ha sufrido una crisis de hipertensión que ha obligado al tribunal supremo a postergar hasta el miércoles el proceso. El suceso se produjo tras el requerimiento por el presidente del tribunal, César San Martín, para que señalase si aceptaba los términos del juicio.

Independencia y firmeza

Al inicio del proceso, los miembros del tribunal han emitido un pronunciamiento en el que han asegurado que serán "firmes" en sus decisiones y han reconocido que son "conscientes de la expectativa social" que ha generado el juicio.

El tribunal ha remarcado su "independencia e imparcialidad judicial" y el "pleno respeto a los principios del derecho penal".

Entre los que se prevé comparecerán en el juicio oral figuran el ex asesor presidencial Vladimiro Montesinos, que por motivos de seguridad no ha sido trasladado a la sede judicial y será citado cuando se considere "pertinente", según San Martín.

Momentos de silenciosa tensión se vivieron en la reducida sala de la audiencia -donde un grueso vidrio separa a los protagonistas del juicio del público y la prensa- cuando han entrado los familiares de las víctimas, con vestimenta humilde y una con traje típico andino.

Los fujimoristas, todos con traje, se han situado alrededor de la familia de su líder, colocada en la primera fila, y especialmente de la congresista Keiko Sofía, quien se ha mantenido en silencio la mayor parte del tiempo y se ha negado a hacer declaraciones.