TONI CANTÓ ACTOR

«Mi aspecto físico me ha limitado»

Deja a un lado el papel de galán romanticón para dar vida al dueño de un prostíbulo en '700 euros', en Antena 3

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Toni Cantó fue uno de los rostros populares de la televisión a lo largo de los noventa. Intervino en series como 'Entre naranjos' y 'Querido maestro' y fue presentador de diferentes programas. En 2000, después de su papel más sonado, el protagonista inicial de '7 vidas', abandonó la prestigiosa comedia y dejó la televisión. Ha tratado de salirse del arquetipo de papeles de galán y creó su propia productora de teatro, con la que se ha dado el gusto de dar vida a personajes más complejos, como en la función 'Baraka'. Y tras un paréntesis de casi siete años vuelve a una cadena nacional, Antena 3, con un papel de complicadas aristas, el de dueño de un prostíbulo de lujo, en un nuevo título melodramático, '700 euros'. Producida por Diagonal TV, será una de las nuevas series de ficción que inicien su andadura a comienzos de 2008.

-¿Por qué tanto tiempo sin estar en la televisión?

-Me he dedicado fundamentalmente a hacer teatro y algunas películas. En enero estreno 'Martini il valenciano', largometraje sobre la vida de un músico valenciano contemporaneo a Mozart que ha dirigido Miguel Perelló. Este trabajo es cíclico. Y tampoco tengo tanto poder como para decidir qué hago en cada momento porque dependes de las ofertas.

-Estuvo en los inicios de '7 vidas', pero dejó pronto una comedia que se convirtió en un referente de la ficción y uno de los títulos más longevos. ¿Por qué?

-Me gusta cambiar de aires. La televisión es muy dura y cuando llevas dos años seguidos encerrado en un estudio... Da miedo encasillarse mucho tiempo con un personaje o con un proyecto. En ese sentido he sido siempre bastante inquieto. Lo importante en esta carrera es que un actor sea buen profesional y versátil.

-¿Por qué ha vuelto?

-Es un proyecto que me gustó. Ya había trabajado muy a gusto con la productora de la serie; me pareció bien el reparto así como el hecho de volver a una cadena nacional. Lo difícil era decir que no.

-Será el dueño de un prostíbulo de lujo, que a la vez ha ejercido la prostitución.

-Un papel poco convencional, y es una de las razones por las que acepté este trabajo. Es un hombre que ha tenido una vida complicada al que un par de reveses amorosos le dejaron muy herido. Esas heridas le llevaron a trabajar en la prostitución, que le pareció una vida fácil pero que luego le pasa factura. Intenta dar una oportunidad a gente que lo necesita y cuida bien de las chicas que trabajan en el negocio. Nunca me habían ofrecido este tipo de personajes, y meterme en la piel un tipo que tiene una parte oscura me pareció interesante.

«Asumir riesgos»

-También en 'Todo sobre mi madre' hizo un papel poco típico, el de un travestido.

-Es que hay que asumir riesgos. En la función de teatro interpreto a un político chaquetero, mal intencionado, egoísta e implacable con la gente. Y dando vida a un tiparraco así disfruto a diario en el escenario. Es mejor que hacer el bueno de la película o el galán romanticón que tan a menudo me ha tocado.

-Se ha salido de los moldes del chico guapo.

-Esa es una etiqueta que te ponen por el físico que tienes. Mi aspecto me ha permitido hacer un tipo de trabajo, pero en otros momentos me ha limitado. Por eso es bueno para mí producir mis propios espectáculos sin esperar que a alguien se le encienda la lucecita. Llevo 22 años trabajando en esto, y es una carrera de fondo. Ya he subido y bajado varias veces, lo que te conduce a tomarte las cosas de otra manera. No hay que fiarse ni de los grandes éxitos ni de los fracasos.

-¿Ahora es más difícil obtener un éxito en televisión?

-Sí, el 90% de los proyectos fracasan. Creo que se están haciendo buenos trabajos y que la industria, sobre todo de la ficción, ha crecido mucho y subido la calidad enormemente. Luego hay una parte de la televisión que tiene que ver con la telebasura. Ahí soy muy crítico.