LÍDER. Lobos estuvo muy activo en el choque. / FRANCIS JIMÉNEZ
Cádiz C.F.

El Cádiz sólo cumple

El equipo amarillo, con pegada pero sin fluidez, vence con comodidad al Ferrol con goles de Cristian, Enrique y Dani Bienve debutó, y Contreras y Paz dieron vida al rival al final del duelo

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Bienvenido. El triunfo, el futbolista, el salto a mitad de la tabla para huir momentáneamente del naufragio. La obligación manda, y al Cádiz no le quedaba otra opción para escoger. Ya no cuenta ni con el comodín del público. Había que ganar. Y el Cádiz cumplió, sin alardes. Una victoria de esas que no invitan a abrir el champán o tirar cohetes como exaltación de la felicidad, sino para respirar de alivio y desear que no sea una gota de agua en el desierto sino el comienzo de una nueva travesía.

Mejoría clara y lenta

Calderón ha logrado que el equipo mejore, comentario evidente que ya sobra repetirlo. El listón estaba bajo, era más fácil saltarlo que pasar por debajo. Con unos cuantos empalmes está alargando la manta, y ya no se descubren tanto los pies si uno se tapa la cabeza.

Pero la mejoría es lenta, quizás insuficiente ante la rémora sufrida por un pésimo inicio. Ayer, el Cádiz se topaba con una excelsa oportunidad para pegarse el primer festín de la temporada e invitar a sus incondicionales a una lujuriosa bacanal. El rival se prestaba. Un Racing de Ferrol corto de recursos, mermado por las bajas y con una frágil defensa que incita a la goleada. Máxime cuando a los cinco minutos los amarillos ya mandaban con un magnífico derechazo de Cristian desde la frontal del área que superaba a Queco. El catalán y Raúl López elevaron sustancialmente el nivel del equipo, en especial en el apartado ofensivo, y por ello los de Carranza adquirían una pegada desconocida, creando bastantes ocasiones pese a su juego ramplón.

Pues eso. El duelo se ponía de cara. Pero el mal endémico del Cádiz, junto al del delantero centro, se encuentra en la zona ancha. Con Diego Rivas y Fleurquin juntos el cuadro de Calderón gana en consistencia pero pierde fluidez. El cuero no llegaba limpio a las medias puntas, y Paz recurría constantemente al balón largo debido a la escasez creativa. Aún así, los amarillos disponían al cuarto de hora de otra clarísima opción que Nano marraba con un disparo al larguero pese a ser más difícil matarla que fallarla.

Insulso

El partido caía poco a poco en un aburrimiento soberano. El Cádiz no tomaba el mando y el Racing lo intentaba pero con una flagrante falta de calidad. Sin Pereira ni Medina, faltaba una referencia arriba, y tanto César como Paz lo tenían demasiado fácil.

Un tostón mayúsculo. El equipo gaditana no enlazaba una acción de mérito, y tan sólo se plantaba con peligro en el área cuando los gallegos despoblaban el centro del campo y tanto Lobos como Enrique aprovechaban los espacios. El argentino se marcaba una gran jugada pero erraba en el disparo. Por su parte, Nano desperdiciaba otra gran ocasión después de que el despeje de Queco a disparo de Fleurquin llegara a sus pies. El gallego ponía la bota y el cuero pegaba otra vez en un guardameta que estaba casi batido.

El Cádiz tendría que haber matado al Ferrol antes del ecuador, pero Enrique tampoco acertaba. Era un día tranquilo, pero sólo eso. La gente esperaba más. Debido a ello, se escuchaban los primeros y tímidos silbidos. Diego Rivas se lesionaba al poco de salir del vestuario, y Dani tiraba al muñeco Queco y malograba otra opción.

El cansancio igualaba la contienda. El Cádiz daba mayor sensación de peligro, gracias a la calidad de Lobos y Enrique, pero el Ferrol se acercaba con más efectivos a la puerta de Contreras. Los ferrolanos disfrutaban de una inmejorable oportunidad, pero el cabezazo franco de Cohen servía para que Contreras, con una palomita preciosa, cerrara el debate sobre el arco (aunque sólo dieciséis minutos, hasta que llegó el gol).

La respuesta sería contundente. El de Triana iba desquitándose de esa pesada losa que tiene sobre la cabeza y firmaba una vaselina que rozaba el larguero. Sería el preludio del tanto de Enrique. El extremeño cabeceaba como mandan los cánones un gran centro de Nano que le permitía reconciliarse con la afición. ¿Nano! ¿Nano! Cantaban las gradas. La alegría por un triunfo sellado.

No obstante, este Cádiz se encuentra condenado al sufrimiento. Contreras y Paz daban vida al enemigo con una jugada que el marcador convierte en anecdótica pero que pone de manifiesto una inseguridad peligrosa en el eje de la defensa. Jaime apretaba las cosas. Y Calderón echaba mano del canterano. Bienve animaba la tarde con su velocidad y sus ganas, pero Dani le eclipsaba con su primer tanto en Carranza y el de la sentencia.

Expediente cumplido. Sólo eso. Se echó en falta algo más. Quizás haya que poner la guinda en otro sitio, como Anoeta. De verdad. Ahora sí. A partir de este domingo, ya no habrá rival pequeño.