Cultura

«Las novelas largas vivirán durante mucho tiempo más»

-Algunos escritores dicen que controlan perfectamente a sus personajes y la trama. Usted no debe de ser de esos, porque se propuso un libro de 250 páginas y le salió de mil...

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-Yo no planteo el control en el primer borrador. El primero es el descubrimiento de la historia. Luego, empiezo a vislumbrar la arquitectura, la forma, las simetrías... Y empiezo a quitar y a poner, o a cambiar la forma. Lo que quiero es conseguir belleza. Ahí es donde está el control, no por el principio del proceso.

-El libro le ha llevado siete años. ¿Cómo se recupera un escritor de un esfuerzo así?

-No me ha sido fácil recuperarme. Al principio, echas de menos a todos esos seres que han vivido en tu cabeza. La verdad es que lleva tiempo estar listo para hacer algo nuevo. Yo todavía no sé lo que voy a hacer ahora.

-¿Qué opina de los críticos que defienden que este tiempo de Internet, cientos de canales de TV y tantos entretenimientos sólo acepta novelas cortas?

-Eso es como el vaticinio de la muerte de la novela, que parece que no va a llegar nunca. Lo que sucede es que no podemos aferrarnos a una cierta forma de novela. Hay muchas paradojas: se dice que nadie lee, pero cada vez que subo a un avión veo a todo el mundo con un libro. Quizá sean otras novelas, pero la gente lee. También pienso que hay una intimidad entre el autor y los personajes por un lado y los lectores por otra, y eso se consigue mejor en una novela larga. Por eso me parece que las novelas largas vivirán mucho tiempo, aunque quizá no recuperen ya nunca el carácter casi sagrado que tuvieron en el siglo XIX. Ni que se usen como arma.

-¿Qué es eso?

-Antes, en las escuelas de mi país se enseñaba latín y griego, y la literatura inglesa se explicaba como una herramienta pedagógica. La idea era que sirviera para mostrarnos la civilización. Así que es difícil ser indio y no ver en la novela tradicional una expresión de poder que desplazó muchas culturas orales. Por eso digo que se usó como arma.

-¿Cómo reaccionó cuando supo que una gran editorial estadounidense le ofrecía más de un millón de dólares de anticipo, tras pujar con otras por publicar su libro?

-No me lo esperaba. Estas cosas parecen a veces un juego de dados de los dioses. Cuando envié el manuscrito a mi agente, le pedí una publicación literaria respetable, pero no me podía imaginar nada semejante a lo que sucedió.