FUTURO. Los ingenieros españoles becados pasan horas y horas haciendo prácticas en los coches.
AUTOMOVILISMO FÓRMULA UNO

La fórmula está en Oxford

Doce ingenieros españoles reciben una beca para hacer un master sobre automoción en Oxford; su sueño es diseñar sus propios coches en la F 1

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España, un país tradicionalmente alejado de la Fórmula 1, comenzó a abrazarla de la mano de Fernando Alonso, una afición que se convirtió con el tiempo en un fenómeno de masas y que ha mantenido pegados al televisor a millones de compatriotas en los últimos cuatro años.

El éxito de Alonso ha provocado que las escuderías se fijen en otros pilotos españoles de categorías inferiores para darles la oportunidad de dar el salto. Es el caso de Roldán Rodríguez, un prometedor vallisoletano de 22 años que ha sido fichado por Force India. Pero, a excepción de los expertos, la imagen del circo para el gran público se resume en la de un conductor especial que sube a un coche para dar giros de vértigo y ponerlo a más de 300 kilómetros por hora. Sólo unos pocos saben el intenso trabajo al que deben hacer frente los ingenieros para que eso sea posible.

A finales de 2006, Alonso tuvo una reunión con los responsables de Cajastur, patrocinador personal del piloto. En aquel encuentro, le resaltaron el hecho de que España se hubiera situado a la cabeza al volante de los monoplazas. Él estuvo de acuerdo, pero les recordó que aún se está a años luz en el aspecto técnico -sólo hay dos o tres españoles en las escuderías-. Así nacieron meses después las becas Cajastur Fernando Alonso, una oportunidad de soñar con la F1 para aquellos ingenieros de nuestro país que han puesto sus ojos en la automoción de competición. Más de setenta titulados superiores en Ingeniería formalizaron su solicitud para optar a las doce plazas de la primera promoción de esta iniciativa, en la que el conocimiento del inglés es un requisito indispensable. El premio es una ayuda de 36.000 euros anuales -más los 12.000 de matrícula- para estudiar un master en Oxford Brookes, considerada la mejor universidad moderna de Gran Bretaña. Se trata de un centro de experimentación e investigación de élite en el que imparten clases profesores del máximo nivel en la materia.

Los seleccionados, de entre 24 y 28 años, se forman allí desde septiembre junto a otros dieciocho licenciados de varios continentes. Son diez ingenieros industriales y dos aeronáuticos de ocho universidades españolas. Algunos de ellos incluso han renunciado a un trabajo para intentar dedicarse a su pasión. En las aulas, los laboratorios y el taller del edificio universitario de Ingeniería aprenden la teoría pero, sobre todo, profundizan en la práctica. Tienen a su disposición motores de diferentes modelos de competición para familiarizarse con ellos, tocarlos, investigar y sacar conclusiones. «Lo de la teoría está muy bien, pero aquí te das cuenta de que la práctica es fundamental», confirma Esteban Méndez, el benjamín del grupo.

Nada menos que seis escuderías de Fórmula 1 -McLaren, Renault, Williams, Red Bull, Honda y Force India- tienen sus cuarteles generales en el Condado de Oxford. Están situados a 50 kilómetros a la redonda de Wheatley, el campus en el que los doce ingenieros españoles perfeccionan su aprendizaje sobre motores, chasis, combustión, amortiguación... Y las sedes de esas seis marcas están allí porque las fábricas que elaboran los mejores componentes para los vehículos también están allí.

Los licenciados españoles de Oxford resoplan cuando se les pregunta sobre sus aspiraciones. La Fórmula 1 es uno de sus grandes sueños, pero todos ellos tienen los pies en el suelo. Se han puesto los cimientos para que luchen por su objetivo, pero son conscientes de que llegar a una escudería es muy complicado. Cuando a Esteban Méndez se le recuerda que hay seis marcas muy cerca de la Universidad, asiente y, tras pensárselo unos segundos, responde: «Pero es un mundo tremendamente cerrado... No sé». No hace mucho, Fernando Alonso también pensaba que conducir un monoplaza de F1 era una tarea imposible. Si él superó los obstáculos y llegó a lo más alto, ¿por qué no pueden también hacerlo Esteban y sus compañeros, o los que vengan detrás? De momento, no le dan muchas vueltas.