ESPAÑA

Moratinos asegura que las empresas españolas piden «serenidad» ante Chávez

El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, aseguró ayer que las empresas españolas afincadas en Venezuela han pedido al Gobierno que actúe con «tranquilidad y serenidad» en la defensa de sus intereses en el país suramericano. El jefe de la diplomacia volvió a defender su gestión callada de esta crisis, que comenzó con el enfrentamiento verbal del Rey Juan Carlos y el presidente del Gobierno con Hugo Chávez en la clausura de la XVII Cumbre Iberoamericana, y que el mandatario venezolano avivó los días posteriores con nuevas bravatas y ataques a España y sus instituciones.

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Moratinos explicó que Exteriores seguirá con su intento de enfriar esta crisis, desde la convicción de que «la clase empresarial quiere recuperar las relaciones con las autoridades de Venezuela», ya que «quieren seguir obteniendo beneficios» de sus inversiones en aquel país. Por eso, insistió, «piden serenidad y que sigamos defendiendo sus intereses».

Contínuas críticas

El Gobierno socialista, recordó, cosechó continuas críticas durante toda esta legislatura a propósito de su relación con Venezuela. Mientras eso ocurría, desveló, «todo el mundo empresarial aplaudía nuestra política en los despachos», y expresaba su «enorme satisfacción por lo bien que iban los negocios e inversiones» allí.

El responsable de la diplomacia defendió la «gestión» frente a la adopción de «gestos» contundentes, que le reclama el PP, y que sólo empeorarían la situación. Avanzó que el Gobierno tiene intención de aguantar «todo lo que sea necesario» sin llamar a consultas a su embajador en Caracas, Dámaso de Lario. La mejor política en estos casos, recalcó, pasa por mantener todos los canales de comunicación e interlocución con las autoridades venezolanas. Un embajador, aseguró, es más necesario cuando «va mal» y su retirada es «lo último» que se debe hacer.

Eduardo Aguirre, embajador en Madrid de Estados Unidos, -país enfrentado a Chávez en la arena internacional-, dijo tras asistir a la intervención de Moratinos, que «España tiene un Rey de lujo y un presidente que en este caso está defendiendo a las instituciones españolas».