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Las Aletas, ya sobre el papel

El reparto de usos del nuevo parque empresarial prima las actividades logísticas, con un 30% del suelo y dos conexiones al tren, un 26% para empresas y otro 21% para tecnología El Corsorcio ha terminado ya la propuesta de usos del nuevo parque industrial de la Bahía, que está en fase de exposición pública y pendiente de la aprobación de la Junta

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Después de más de diez años en la cabeza de políticos, empresarios y sindicatos, Las Aletas empieza a definirse en papel. El primer boceto del futuro parque industrial, tecnológico y empresarial de la Bahía es el plan de ordenación que la Dirección General de Urbanismo de la Consejería de Obras Públicas tiene en la actualidad sobre la mesa en fase de aprobación y abierto a consulta pública. En él, las 527 hectáreas de terreno baldío, fincas derribadas y marismas desecadas dan lugar a un crisol de colores sobre un plano seccionado en las cuatro áreas funcionales previstas: logística-intermodal; empresarial, de servicios, dotaciones y equipamientos; científico-tecnológica; y medioambiental.

Sólo en esta última está prohibida cualquiera explotación económica, salvo algunas puntuales ligadas a la naturaleza, mientras que en el resto la característica común es que la ocupación no será intensiva, sino que el Corsorcio, formado por la Junta y el Gobierno central, apuesta por un parque con un desarrollo sostenible en el que sólo el 45,4% del terreno será productivo (unas 240 hectáreas para edificios y naves), mientras que el resto se reparte entre espacios libres, viarios y zonas naturales.

De hecho, la ordenación es cuadricular, con dos grandes viarios, uno que conectará el parque de este a oeste y un corredor verde en el que no sólo se contemplan zonas de paseo, sino también un carril-bici y también transporte público con paradas diseñadas en los puntos donde se prevé concentrar mayor actividad empresarial.

Explotar el transporte

La parte logística-intermodal es la que predomina en el resparto de usos realizado por el Consorcio de Las Aletas, ya que contará con el 30% del terreno y, además, dispondrá de dos puntos de conexión con la línea de ferrocarril, así como una salida directa a la autovía a través de un nuevo enlace superior. Este espacio, de casi 160 hectáreas, se reservará para el movimiento de contenedores y mercancías, aprovechando no sólo estos dos sistemas de transporte, sino también la cercanía al muelle de La Cabezuela y al aeropuerto.

El objetivo del Consorcio es atraer a grandes empresas logísticas, incluso mirando hacia el tráfico procedente del puerto de Algeciras, pero también a centros de distribución e importación (como es la central de pescado de Caladero, que ya ha anunciado su implantación en Puntales para surtir a los Mercadona de Andalucía), o mayoristas de sectores como la alimentación o el comercio.

La clave para hacer posible este trasbordo de mercancías será una terminal intermodal, en la que podrá hacerse esta carga y descarga a través de grandes grúas y sistemas móviles.

La segunda gran sección que albergará Las Aletas será la empresarial, siete parcelas que combinarán edificios de oficinas y naves, medianas y grandes superficies comerciales y de ocio, y dotaciones. En este gran amalgama de actividades, destacan aspectos contemplados en la ordenación como el denominado «ecoparque», ya se «primará» la implantación de empresas dedicadas a actividades ligadas a la sostenibilidad y el medio ambiente como el reciclaje. Otra curiosidad es que el planeamiento realizado por el Consorcio deja abierta la puerta a la apertura de un recinto ferial y de instalaciones deportivas, sanitarias y de recreo (cines o teatros), como demandaba el alcalde de Puerto Real y de lo que dejó constancia en el PGOU de la localidad.

Además, previendo un desarrollo armónico y moderno, tanto esta zona como la científico-tecnológica tendrán sendos centros integrados de empresas, que no es otra cosa que epicentros de la gestión del parque y de los servicios comunes que serán necesario prestar a las miles de personas que podrían llegar a trabajar en el que está llamado a convertirse en «la tercera joya de la corona económica» de Andalucía junto a la Cartuja sevillana y el PTA malagueño. De acuerdo con esta filosofía, estos dos grandes edificios tendrán el papel de ofrecer al sector privado equipamientos como salas de exposiciones y conferencias, aparcamientos, guarderías, atención sanitaria e, incluso, una oficina de empleo para gestionar la bolsa laboral que genere el parque.

Comunión con la UCA

Finalmente, en la tercera área productiva de Las Aletas, la científico-tecnológica, que se destinará a las firmas dedicadas a sectores de alto nivel de innovación y cuya producción, por lo tanto, aporte un valor añadido al parque. En este sentido, el plan de ordenación de Las Aletas ya apunta cuatro ámbitos como preferentes para este apartado, lógicamente con el propósito de potenciar las industrias tradicionales o arraigadas en la Bahía: naval, aeronáutico, electrónico y óptico. En este ámbito tendrá una alta relevancia la Universidad, ya que se prevén equipamientos relacionados con la actividad académica (como centros de investigación o laboratorios), pero también una «incubadora de empresas de base tecnológica», un centro que tenga el papel de puente entre la facultad y el sector privado para hacer realidad proyectos emprendedores surgidos de las mismas aulas.

El cuarto cuadrante en que se divide esta gran extensión es el medioambiental, una de las señas de identidad del proyecto y parte clave del acuerdo que alcanzaron el Ministerio de Hacienda y el Medio Ambiente. Según este protocolo firmado el pasado febrero, el ministerio que dirige Cristina Narbona accedió a hacer una reserva de uso de 287 hectáreas a favor de Hacienda y durante tiempo indefinido. Esta solución jurídica, con la que se ponía punto final a meses de negociación, establecía como condición que las otras 120 hectáreas que estaban bajo dominio público marítimo-terrestre se cederían como condición de que se reinundaran y se revalorizaran a través de la investigación medioambiental.

Para preservarlo del entorno, este espacio será el único que no tendrá una salida directa a la red de carreteras que rodea Las Aletas, pero estará plenamente integrado en el parque y, de hecho, aunque están expresamente prohibidas actividades empresariales, industriales o logísticas, sí que admite otras lúdicas como rutas ecuestres, eventos deportivos o aulas didácticas de naturaleza.

brevilla@lavozdigital.es