CRÍTICA DE TV

Confidencial

Antena 3 estrenaba hace pocos días un programa de Santiago Acosta, el ex conductor (en Telecinco) de Salsa rosa y Dolce vita. Se llama Confidencial S.A. y es, básicamente, un espacio de tintes sensacionalistas sobre materias de ámbito social, eufemística etiqueta que últimamente se aplica a un excesivo abanico que abarca desde el mecanismo de la bragueta hasta el instituto anatómico-forense. Pocos programas como éste han suscitado tantas críticas acerbas. En general, justamente acerbas. En todo él flota un cierto aire -probablemente involuntario- de engañifa, de espectáculo de trileros. Ya el título del programa es para nota: Confidencial S.A. A primera vista, se trata de despertar el interés por la contradicción implícita: lo confidencial es, por definición, lo que no se cuenta, pero el negocio de esta casa consiste en contarlo, de manera que el público -presumen- se acercará ávidamente con el objeto de ver qué es eso tan «confidencial».

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Ahora bien, el confidencial clásico, para que de verdad atraiga a su público, tiene que mantener la ilusión de confidencialidad aun después de haber contado las cosas. Esta percepción de ser un escogido, de poseer algo que los demás no tienen, funciona en la prensa porque tú has pagado por ello, pero no en la tele, que es gratis, y donde todo el mundo se ha enterado al mismo tiempo que tú. Siempre se puede decir, ciertamente, que la tele es un medio democrático, donde no caben los elitismos. Bueno.

Pero, entonces, ¿dónde está exactamente la confidencialidad que nos vende Santi Acosta? Podría estar en el tema escogido, pero también aquí el programa naufraga de manera evidente porque es imposible tomárselo en serio. El asunto elegido para abrir temporada, esa entrevista a los abuelos de la niña Madeleine, es un perfecto ejemplo de la pretensión de convertir un argumento convencional en algo sensacional por la poco escrupulosa vía de meter por medio a unos psicólogos que «interpretan» lo que los ancianos no dicen, atribuyéndoles las intenciones que el programa pretende ventilar.