ABIERTO. El Oratorio seguirá siendo un templo cristiano. / A. VÁZQUEZ
CÁDIZ

Junta y Obispado rompen su acuerdo y el Oratorio seguirá abierto al culto

El Gobierno autonómico negociará sólo con la Diócesis la cesión del edificio anexo a la iglesia para que sea sede del Centro de Estudios Constitucionales El templo sufrirá en pocos meses una profunda obra de rehabilitación

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El Oratorio de San Felipe Neri no será desacralizado. El vicario general de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, Guillermo Domínguez Leonsegui, anunció ayer que el templo mantendrá su uso litúrgico al haber quedado fuera de las negociaciones con la Junta de Andalucía para el proyecto que el Gobierno autonómico quería realizar en la ciudad con motivo de la celebración del bicentenario de la Constitución de 1812. Así el Oratorio seguirá, «como hasta ahora, disponible para aquellos eventos institucionales que lo necesiten», apuntó Domínguez Leonsegui.

El delegado de la Junta de Andalucía en Cádiz, José Antonio Gómez Periñán, añadió que «después de un estudio previo, comprobamos que en este espacio no se pueden instalar oficinas para su transformación en el Centro de Estudios Constitucionales, y sólo se podría utilizar para visitas turísticas y actos esporádicos, actividades que se podrían realizar sin que la iglesia perdiese el culto».

Ahora la Junta de Andalucía y el Obispado de Cádiz y Ceuta iniciará una nueva negociación para la cesión del edificio anexo al Oratorio de San Felipe Neri. Este espacio tiene una superficie de 741 metros cuadrados y dispone de un bajo y dos plantas. Una vez que la Administración autonómica disponga del proyecto final, será presentado a la Diócesis para que determine si es compatible con el uso del templo.

Gómez Periñán añadió que «la compensación económica por la cesión o compra del edificio anexo vendrá determinada por la ejecución de los proyectos ideados por la Diócesis en la provincia de Cádiz». Por su parte, Guillermo Domínguez Leonsegui apostilló que «la venta del edificio anexo queda descartada y se buscarán otras fórmulas para la cesión».

Rehabilitación

Tras la decisión de mantener abierto el Oratorio al culto, el Obispado de Cádiz y Ceuta desea emprender las obras de restauración del templo. Una actuación que se ejecutará, según señaló el vicario general de la Diócesis, Guillermo Domínguez Leonsegui, «gracias a la contribución del Consorcio del Bicentenario -formado por el Ayuntamiento y el Gobierno central- y de la Junta de Andalucía». El delegado de Patrimonio de la Diócesis, José Carlos García Solano, añadió que «el proyecto de restauración ya está elaborado y está a falta de la licitación de obras y contratación de la empresa que lo realice».

Durante el tiempo de ejecución de la actuación -entre dos y tres años- la Hermandad de las Aguas deberá trasladarse a otro templo para el culto y la salida procesional, aunque ya no deberá abandonar el Oratorio. El hermano mayor de la cofradía, José Macías, recibió la noticia «con mucha alegría, aunque aún no tengo la comunicación oficial del Obispado sobre la decisión de no desacralizar el templo, aunque damos por zanjado el asunto».

Ahora la Hermandad de las Aguas deberá decidir a qué iglesia puede trasladarse durante las obras «que no creo que comiencen antes de Semana Santa», apuntó Macías. El hermano mayor de las Aguas apuntó que «podríamos mantener los cultos en la parroquia de San Antonio y salir desde la iglesia». Sin embargo, y según señaló el secretario diocesano de Medios de Comunicación, Manuel de la Puente, la cofradía podría trasladarse a la iglesia de Santa Catalina, anexa a la parroquia de La Palma.

Victoria para los fieles

De la Puente comentó que «lo más importante es que se ha salvado el Oratorio, y el sentimiento del pueblo cristiano era que el templo no cayese en otros usos». El anterior vicario general de la Diócesis señaló que «el Oratorio se construyó como templo cristiano, durante la proclamación de la Constitución de 1812 mantenía su uso litúrgico y hoy debe seguir así». El secretario diocesano de Medio de Comunicación añadió que «si la Junta desacralizaba el templo era una falsedad con la historia, porque destruía su esencia».

Por su parte el portavoz de la plataforma contra la desacralización del Oratorio, Francisco Javier Barea, aseguró que «si el templo no hubiese conservado su uso hubiera sido un fracaso para la iglesia. Aunque perdemos el edificio para actividades pastorales».

mhuguet@lavozdigital.es