TERMINADA. La obra, expuesta en el refectorio de Santa María. / EFE
Cultura

'La Inmaculada' de Murillo deja Santa María de Valbuena con destino a Cádiz

El Obispado confirma que volverá «dentro de muy poco» a San Felipe Neri

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El periplo de La Inmaculada de Murillo por tierras vallisoletanas llegó el lunes a su fin después de que la pieza, considerada una obra cumbre del barroco andaluz, haya sido restaurada y expuesta fugazmente en el monasterio de Santa María de Valbuena, que -entre burocracias, barnices, óxidos y repintes- ha ejercido de hogar circunstancial de esta joya pictórica durante más de un año.

Según confirmaba ayer Juan Álvarez Quevedo, secretario general de Las Edades del Hombre, «La Inmaculada ya no está» bajo su tutela, «aunque ha sido un verdadero placer disfrutar de su belleza, sobre todo porque ha significado un auténtico reto para sus restauradores, que están plenamente satisfechos con el trabajo que han realizado». El responsable de Patrimonio Histórico Artístico de la Diócesis de Cádiz, José Carlos García Solano, adelantó por su parte que el Obispado hará pública «en breve» la fecha elegida para que La Inmaculada «retorne a ocupar su sitio en el altar mayor del Oratorio de San Felipe Neri», ya que, de momento, «por cuestiones de seguridad» no pueden «concretar el día en que se producirá este esperado regreso», aunque reconoció que «la obra ya no está en Santa María de Valbuena y ha iniciado su retorno a Cádiz, lo que también requiere de un protocolo estricto y de una compleja labor burocrática».

García Solano aclaró que durante las obras en el Oratorio «la pieza recibirá el mismo tratamiento que las que se localizaban en Santa Cruz mientras ha durado su restauración», e incidió en que hay poco margen para el debate sobre adónde irá finalmente el cuadro «puesto que San Felipe Neri es su localización natural».

La Inmaculada acabó de restaurarse a finales del mes de agosto, y posteriormente ha permanecido expuesta en el refectorio del cenobio cisterciense del monasterio vallisoletano durante casi dos meses. Tras su largo exilio, volverá «espléndida, con unos colores más claros y un brillo singular que encandila».

dperez@lavozdigital.es