Unos monjes birmanos muestran una petición poco antes de su entrega al primer ministro británico, Gordon Brown, el pasado lunes. /EFE
500 en prisión

La Junta Militar Birmania admite la detención de cerca de 3.000 personas durante la represión

El enviado especial de la ONU, Ibrahim Gambari, prosigue buscando apoyos en Asia para solventar la crisis en Birmania

BANGKOK Actualizado: Guardar
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La Junta Militar birmana ha admitido que continúa con la persecución de opositores y que unas 3.000 personas han sido detenidas, mientras el enviado especial de la ONU, Ibrahim Gambari, prosigue buscando apoyos en Asia para solventar la crisis en Birmania (Myanmar).

Ese anuncio de los militares se ha hecho un día después de que el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, pidiera al régimen que inicie un proceso para la democratización de su sistema político, y calificara de "repugnante e inaceptable" la represión de las multitudinarias manifestaciones pacíficas en favor de la democracia.

En un comunicado publicado por el periódico Nueva Luz de Myanmar, órgano oficial de propaganda del régimen, se informa de que un total de 2.927 birmanos, han sido detenidos desde que a finales de septiembre se emprendió una amplia operación policial contra miembros y simpatizantes de los grupos antigubernamentales. Cifra que está por debajo de la estimada por los grupos de disidentes y diplomáticos, que la sitúan en 6.000, y que incluye a varios miles de monjes budistas, que fueron quienes lideraron las protestas pacíficas en las principales urbes.

500 personas en prisión 'oficialmente'

Anteriormente, y mediante un parte oficial divulgado por la televisión estatal, la Junta Militar ha precisado que en las redadas llevadas a cabo en Rangún, la mayor ciudad del país, han sido apresadas 2.284 personas, y que otras 643 detenciones se han practicado en diferentes provincias. Según la versión oficial, las autoridades han ordenado el ingreso en prisión de unas 500 personas, y las que han sido puestas en libertad, cuya cifra no ha precisado, han firmado antes un documento mediante el que se comprometen a no participar en ninguna otra acción contra el Gobierno.

La Liga Nacional por la Democracia (LND), que encabeza la Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, ha cuestionado en un comunicado que las autoridades hayan liberado a centenares de personas, y ha denunciado que cinco miembros de la formación que participaron en las manifestaciones fueron condenados ayer a siete años y medio de cárcel cada uno.

Por su parte, Naciones Unidas y Amnistía Internacional (AI) estiman que unos 1.100 birmanos están encarcelados desde hace muchos años por motivos políticos, los mismos por los que Suu Kyi cumple arresto domiciliario desde junio de 2003.

Gambari recaba apoyo internacional

Entretanto, el enviado especial de la ONU para Birmania , Ibrahim Gambari, se ha reunido con el primer ministro malasio, Abdullah Badawi, para precisar el apoyo de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) en su cometido de buscar el compromiso de la Junta Militar birmana con la democracia y el respeto de los derechos humanos.

El diplomático nigeriano ha destacado la necesidad de regresar cuanto antes a Birmania y conversar con la Junta Militar para conocer su respuesta a las peticiones que les han hecho: excarcelación de los presos políticos y liberación de todas las personas detenidas desde finales de septiembre, respeto completo de los derechos humanos y el comienzo de un diálogo con la oposición dirigido a la reconciliación y democratización del país.

Las autoridades birmanas han aceptado que Gambari vuelva a mediados de noviembre, pero el enviado de la ONU señaló que han hablado "de la posibilidad de que quizá sea un poco antes".

Gambari, quien inició el pasado lunes en Tailandia su gira oficial por Asia para recabar apoyo internacional a la iniciativa de la ONU de negociar una solución a la crisis birmana, viajará a continuación a Indonesia, India, China, y Japón.