CRÍTICA DE TV

Terapia

Cometía yo un error ayer, al hablar de Terapia de pareja, ese nuevo reality que va a emitir La Sexta y que consiste en coger a una pareja en crisis y colgarle una cámara en la chepa, a ver si resuelve sus problemas de convivencia. El error está en que yo decía que la pareja, además de ser estudiada y aconsejada por un equipo de psicólogos ad hoc, iba a cobrar una cantidad por su papel en este show. La directora de comunicación de La Sexta, Teresa Alfageme, me llamaba ayer para decirme que no, que La Sexta no va a pagar nada a los concursantes.

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Creo que a los directores de comunicación de las cadenas habría que hacerles un monumento colectivo, porque su trabajo es de esos que dejan llagas en la piel. Estos colegas, que suelen ser periodistas, se ganan la vida en un medio que todo el mundo crítica (y en especial los periodistas) y con la nada grata función de llamar a otros periodistas para que moderen la caña sobre la caja tonta. Si el programa que han de defender es infumable, el jefe de prensa queda inmediatamente asimilado al programa y se convierte en víctima solidaria de la crítica. Pero si lo que han de defender es justo -como en este caso de mi error con Terapia de pareja-, la situación tampoco es desahogada, porque ha de amonestar al errado de manera que éste no quede herido.

En este capítulo es de justicia proclamar que Teresa Alfageme, veterana ya en tan enojoso cometido, destaca de entre todo el gremio por su amabilísimo modo de hacerte ver que la has cagado. O sea que conste el error con letras de molde: los concursantes de Terapia de pareja no cobrarán dinero de La Sexta. De paso, comunicamos que la cadena ha retrasado levemente el estreno de este programa. La cuestión que se plantea ahora, con ese nuevo dato de la gratuidad, es qué mueve a los concursantes a entregar su vida íntima. Uno puede imaginar situaciones que se hacen urgente el recurso al terapeuta, pero ¿meter una cámara en tu alcoba? ¿Tan desesperados están? ¿Es más bien exhibicionismo? ¿O quizás hemos llegado a un punto de hipermediación que a la gente le parece normal ventilar las vergüenzas en la tele antes que en familia?