DE CARA. Chabal y sus compañeros frente a Nueva Zelanda. / EFE
RUGBY COPA DEL MUNDO

Nueva Zelanda resucita a sus peores fantasmas

Los 'all blacks' vuelven a fallar en un momento clave al caer eliminados ante Francia (20-18)

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«El vestuario olía a muerte». La frase es del talonador neozelandés Anton Oliver, un tipo sin cejas por los cabezazos. La pronunció en los vestuarios del Estadio del Milenium de Cardiff tras la derrota de los all blacks (20-18) frente a Francia y resume el sentir del gran favorito para adjudicarse el Mundial de Rugby. Pero los neozelandeses han vuelto a fallar y han resucitado los peores fantasmas.

En 1999 Francia también les apeó de su camino hacia la Copa Webb Ellis al derrotarles por 43 a 31 en un inolvidable partido. Ni Lomu ni Kronsfield ni Brooke fueron suficientes para doblegar a aquel equipo francés empeñado en ganar. Aquella derrota instaló una cierta fragilidad en el espíritu de los kiwis, la certeza de que, pese a poseer una pléyade de estrellas, son siempre superados en los momentos cruciales. El rugby es un deporte físico, pero quien va a chocar contra una mole de más de 100 kilos en movimiento necesita creer que la puede derribar. Para tratar de poner fin a esa sensación, Nueva Zelanda contrató a Gilbert Enoka, un especialista en preparación mental. Su misión, ofrecer estrategias para tratar de mitigar la fuerza de la tradición, esa brillante historia de triunfos, pesada como una losa que les aturde. Una de sus estrategias para poner distancia con errores pasados ha sido inventar un nuevo haka (la danza previa a los partidos).

Bien. Fíjense en la mirada desafiante del francés Sébastien Chabal durante la interpretación de la danza y háblenle de psicología. El partido del sábado fue cuestión de carácter. Francia realizó nada menos que 178 placajes durante el partido (frente a los 36 de los neozelandeses) y ganaron a los all blacks en su terreno. Nueva Zelanda había anunciado que mandaría a sus delanteros a conquistar cada metro, pero los franceses estaban conjurados para cavar trincheras ante su línea de marca. Y lo lograron. En Nueva Zelanda es día de luto. Cayeron sus marinos en la Copa América y ahora ven regresar cabizbajos a sus chicos. Los viejos fantasmas resucitan.