El ladrillo no olvida a la costa virgen

Los empresarios turísticos que en su día pusieron sus ojos en el escaso tramo de la costa gaditana que aún queda virgen no han podido olvidar aquellos proyectos que venían a urbanizar el paraíso. Ni lo olvidan, ni renuncian. Estos años en los que la falta de liquidez ha hecho inviable cualquier iniciativa vinculada al ladrillo han servido para avanzar en el trámite administrativo. Los ayuntamientos han urbanizado el suelo rural y han incluido en sus planes urbanísticos nuevas áreas de oportunidades en la costa, manteniendo vivo el interés de los promotores.

Mucho se habló en su momento del extenso campo de golf de La Porquera, a un paseo de Trafalgar o del macrocomplejo previsto en Malcucaña. Hoy las dos constructoras que están detrás de estos proyectos siguen a la espera de que el grifo del crédito les permita iniciar su desarrollo.

Este último es quizá el que se encuentra más avanzado, contando con todo el apoyo tanto del equipo de Gobierno de Antonio Verdú (PSOE), que fue el que inició el proceso, como del de José Ortiz (PP), que ya lo ha concluido.

El grupo GMT, propiedad del sevillano Juan Muñoz Tamara, es el que lo promueve y para ello adquirió en su día la mitad de la propiedad, la otra mitad se quedó en manos de Bankia y, por tanto, ha pasado al catálogo de la Sareb que aún lo tiene puesto a la venta. Poco ha podido avanzar la compañía, que ha acometido algunas conexiones exteriores y ha logrado renovar este año la póliza con el banco para mantener la capacidad de actuar si surge la oportunidad. Así se lo trasladó hace cosa de dos meses al Ayuntamiento de Vejer, con el que la empresa ha terminado de cerrar algunos puntos de la escasa tramitación que queda por cerrar.

Las iniciativas turísticas previstas en las zonas de El Bujar y el Següesal, en el término municipal de Barbate, sí tienen más recorrido por delante, aunque también ha logrado desatascar gran parte del proceso administrativo. El escollo es que la localidad tiene en marcha la redacción de un nuevo PGOU, que aprobó el Pleno municipal apenas un mes antes de las elecciones. Está por ver si el nuevo alcalde, el andalucista Miguel Molina, sigue adelante o termina por retirarlo. Ya votó en contra en la sesión plenaria, pero hasta el momento no ha movido ficha al respecto.

La iniciativa prevista en el Següesal contempla un campo de golf con apartamentos, un hotel y otros equipamientos de ocio. Detrás de ella se encuentra la empresa Bogaris, que no solo no ha renunciado a este proyecto, sino que aún mantiene en activo una filial que lleva el nombre de la localidad gaditana –Bogaris Barbate SL– y que fue constituida en 2008 con sede en Sevilla.

Lola Illescas, portavoz de Ecologistas en Acción, muestra su preocupación por este asunto, justo ahora que parece que el crédito bancario empieza a fluir de nuevo. Alerta de que «estos años de crisis solo han mantenido latente los proyectos que se anunciaron y en el momento en el que surja el interés de un inversor con capital pueden salir adelante». «Ninguno ha renunciado a ellos, ni los empresarios, ni los ayuntamientos», lamenta, tras criticar que «los sucesivos planes de protección que ha elaborado la Junta no han servido para alejar de la playa virgen esa amenaza del ladrillo».

Illescas muestra también su temor por otro enclave situado en el entorno de Trafalgar, entre Zahora y Los Caños. «Ese espacio contaba con una protección baja en el borrador del Plan del Corredor del Litoral –el último que ha aprobado la administración andaluza–, pero tras su aprobación, aparece totalmente libre», una situación que ha generado malestar a este colectivo. Illescas señala que «quizá sea porque hay interés empresarial sobre este terreno», una circustancia que trasladará la próxima semana al nuevo regidor barbateño con el que tiene previsto reunirse para conocer sus planes.