Los 88 peldaños de la gente feliz

Peldaño 43: «Hay dos tipos de personas: los que se alegran del éxito ajeno y los que se enfurecen»

En este capítulo de «Los 88 peldaños de la gente feliz» te explico cómo eliminar la envidia y alegrarte por los logros de los demás

«Hay dos tipos de personas: los que se alegran del exito ajeno y los que se enfurecen». Adobe Stock
Anxo Pérez

Anxo Pérez

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Todos estamos expuestos a ser víctimas de la envidia . Procede de un instinto de supervivencia. «Si el otro tiene algo de lo que yo carezco, automáticamente él es más fuerte y yo más débil». Falso. Quizá en la época de las cavernas, en la que tener un trozo de carne más o menos podía ser la diferencia entre la vida y la muerte, esto era así, pero hoy no lo es.

Cuando China consiguió sacar de la pobreza a más de quinientos millones de personas en poco más de treinta años y se situó entre las primeras economías del mundo, muchos países y personas sintieron recelo por ese crecimiento tan vertiginoso y hasta miedo de que iban a conquistar el mundo . Sin embargo, con la llegada de esa descomunal riqueza, llegó también la creación de numerosas y excelentes universidades chinas que hicieron que se disparara la investigación científica a escala mundial sólo por la enorme contribución de China. Ahora viene lo importante. Si unos investigadores chinos encuentran la cura para una enfermedad que afecta a todos y cada uno de los países del mundo, ¿quién se beneficia de ello? ¿Los chinos o todos? Vivimos en un mundo en el que el talento, el conocimiento y la riqueza se multiplican año tras año, y esto es algo de lo que nos beneficiamos todos. Sentir envidia es ser desconocedor de ese hecho, pensando que un aumento de mi éxito debe de conllevar un descenso del tuyo, cuando es justo al contrario.

¿Sabías que una parte grande de la población siente un cierto placer ante los fracasos ajenos? ¿Sabes a qué se debe? Es curioso pero no se debe a una cuestión de maldad , sino a una cuestión de inseguridad: «Si los éxitos de mi vecino no acaban siendo demasiado grandes, entonces los míos no acabarán pareciendo demasiado pequeños». Falso. El que te habla no eres tú. Es uno de los tentáculos del ego: tu miedo. La envidia es el resultado del temor procedente de las inseguridades, y este temor siempre es un temor infundado. El segundo mayor beneficiado de la eliminación de la envidia es aquel por el que la sientes. El primero... eres tú.

¿Cómo eliminar la envidia?

El primer paso está contenido en la primera frase del Peldaño. Todos y cada uno de los cambios mentales que todos y cada uno de los Peldaños de este libro te proponen siempre empiezan de la misma manera: elevando tu nivel de consciencia. ¿Sabes qué sucede en el mismo momento en que tu cerebro es conocedor de un hecho a mejorar? Que ya lo ha mejorado. Simplemente leer las palabras «eres vulnerable a la envidia» hace que después de leerlas seas menos vulnerable de lo que lo eras antes de haberlas leído.

Increíble. Pero cierto. Ése es el poder de libros como éste. Si yo consigo que cuando dejes este libro sobre la mesa, sigas dándole vueltas a este hecho de vez en cuando y que tu mente dedique unos minutos a reflexionar sobre ello y empieces a detectar más momentos en los que eres vulnerable a la envidia, habré conseguido que pongas en marcha la principal pócima para eliminarla .

Pasemos a la segunda parte del proceso. Ahora que la has detectado, simplemente memoriza la frase siguiente y úsala cada vez que te encuentres ante el éxito de un conocido y te pilles a ti mismo con tendencia a sentir recelo:

« Cuánto me alegro por ti ».

«¿Y si no tengo ganas de decir algo así?», podrías preguntar. Entonces, dilo sin ellas.

Empieza por decirlo sin necesidad de sentirlo y acabarás por sentirlo sin necesidad de decirlo.

Anxo Pérez

Ni siquiera tienes que decírselo a la cara. Empieza por decirlo en tu mente, ya que lo importante no es el efecto que esas palabras causen en el otro, sino el que producen en ti.

Igual que nuestros ancestros, aun teniendo mucha menos fuerza que las bestias consiguieron domarlas usando tan sólo el ingenio de su mente, tú conseguirás domar tu bestia, la envidia, usando el ingenio de la tuya. Cuando la detectes, imagínala agitando su cabeza desobediente y visualízate tirando de las riendas con todas tus fuerzas, dispuesto a no ceder a sus intenciones. Y verás que cada vez... necesitas tirar con menos fuerza.

Hay dos tipos de envidias. La insana se traduce en recelo para deprimirse. La sana, en motivación para superarse.

Anxo Pérez

Tú decides cuál eliges.

@anxo

#Los88PeldañosGenteFeliz

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