Psicología

Así ayuda @lapsicologajaputa a «llevarte mejor con tus mierdas»

La psicóloga Lorena Gascón (@lapsicologajaputa) publica 'Querido cerebro, ¿qué coño quieres de mí?', donde escribe sobre lo que ocurre en nuestra mente sin tecnicismos y fiel a su forma de contar las cosas

La psicóloga Lorena Gascón (@lapsicologajaputa). Imagen cedida
Melissa González

Melissa González

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Más de 230.000 personas están cada vez más cerca de entenderse a sí mismas gracias a Lorena Gascón, más conocida como @lapsicologajaputa . Si colorear bonito un problema y ponerle adornos de superación es tu filosofía, entonces ella no es tu psicóloga. Con tono de humor, Lorena hace reflexionar en sus redes sociales y en su libro, 'Querido cerebro, ¿qué coño quieres de mí?', sobre la importancia de aprender a resolver nuestros problemas y entender nuestro cerebro. Aunque cuesta cambiar la forma de ver las cosas y la mente puede crear resistencias, uno mismo es el único capaz de gestionarlos «sanamente para que no te sigan amargando la existencia hoy por hoy».

'Querido cerebro: ¿qué coño quieres de mí?' (mr), de Lorena Gascón

En su libro plantea varios ejercicios prácticos de manera que puedan ayudar a «llevar mejor ese problema», como por ejemplo escribir cartas o hacer listas para leerlas a diario. E incluso, al final de cada capítulo, añade un breve test para averiguar el tipo de relación que se tiene con el problema.

Eres muy conocida en las redes sociales por tu forma de explicar la realidad en relación a la psicología. ¿Qué te hace ser diferente en este aspecto y conectar con el público?

No es que vea la vida más cruda de lo que es, pero esta forma de decir las cosas cala más. Es una bofetada de realidad que impulsa a un cambio a la hora de ver las cosas y es una llamada a la acción.

Yo divulgo así y me he dado cuenta de que esta manera agresiva de hacerlo hace pensar a los demás. Las personas que hablan como yo y tienen esta forma de ver las cosas conectan pero evidentemente otros no y eso les motiva al 'hate' (odio), se piensan que todo vale. No me gusta recibir según qué comentarios y parece que es el precio que tengo que pagar, pero voy a seguir.

«Construimos nuestra forma de ver el mundo en base a las relaciones que tenemos»

Dedicas gran parte de tu libro a hablar del cerebro y tiene todo el protagonismo en el título del mismo. ¿Descubrimos a lo largo del libro qué quiere de nosotros?

Creo que el libro ayuda a que nos demos cuenta de qué cosas nuestras no vemos normalmente y cómo enfrentarnos a las adversidades desde otro prisma. El cerebro quiere que sobrevivamos pero su forma de expresarlo es darnos una descarga de cortisol y hacernos sentir mucho miedo cuando algo en realidad no es peligroso, y también nos hace idealizar a alguien que no nos va a hacer bien. En mi libro no uso palabras técnicas ni científicas para que se entienda, pero cabe la posibilidad de que alguien acabe el libro y piense 'no sé qué quiere mi cerebro de mí'.

Digamos que podemos confundir a nuestro cerebro y él a nosotros...

El cerebro nos hace ver cosas y, cuando no entendemos por qué ocurren, nos hace sentir miedo. Es posible incluso que sintamos miedo ante cosas que no son peligrosas, y también idealizar a un ex, por ejemplo. Es normal que pensemos que si pensamos en una persona, en este caso un ex, es porque queremos volver con él cuando en realidad no es eso lo que el cerebro quiere decirnos. El cerebro te dice 'esa persona te da un chute de dopamina así que vuelve con él'; nos da señales y, como quiere protegernos, nos aporta también sensaciones, pero no siempre dice la verdad. A los pensamientos no siempre hay que hacerles caso pero a las emociones sí.

¿Podemos confundir nuestros pensamientos?

Tú puedes aprender a dejar de alimentar pensamientos entrenando la mente. Evidentemente, hay pensamientos a los que hay que hacer caso. Si mañana tienes un examen y tu cerebro te dice que estudies, es lógico. Pero si estás preocupada por algo que puede ocurrir en un año porque crees que va a salir mal, ese pensamiento no es útil. Una emoción que sientes como el miedo o la tristeza si no le haces caso a tiempo, va a salir por otro lado. A las emociones hay que protegerlas y cuidarlas e intentar prestarnos atención cubriendo la necesidad que despierta esa emoción.

«Tú puedes aprender a dejar de alimentar pensamientos entrenando la mente»

¿Cómo se puede trabajar esos pensamientos?

Procuro que en consulta aprendan a escuchar sus emociones y cubrir esas necesidades. No hay que rechazar las emociones difíciles porque si intento no estar triste lo mismo eso se transforma en enfado... Trato de que la persona encuentre la forma de relacionarse con sus emociones y sensaciones. Cómo yo digo: llevarte mejor con tus mierdas.

¿Si bloqueamos algo emocionalmente, el cerebro lo recuerda constantemente?

Si tenemos pensamientos que producen ansiedad anticipatoria y los alimentamos, nos va a hacer mucho mal. Pero lo mismo ocurre si los bloqueamos. Ya se sabe aquello de que si no queremos algo nos lo encontramos hasta en la sopa.

Si a tu mente le haces ver que algo es importante, te lo va a recordar hasta que lo resuelvas. Cuando vamos al supermercado a por patatas, es probable que salgamos de allí sin ellas porque no era tan importante y así se lo hemos hecho ver a nuestro cerebro.

«A los pensamientos no siempre hay que hacerles caso pero a las emociones sí»

¿Tienes muchos casos de personas que quieren bloquear un pensamiento?

Hay mucha gente. Diría que la gran mayoría que viene a consulta tiene un problema con las emociones y con los demás. Es algo que nos pasa a todos.

Están relacionados porque cuando somos exigentes con los demás lo somos con nosotros mismos. Aprendemos a relacionarnos con nosotros mismos según cómo se relacionaron nuestros padres, profesores, pareja… Eso hará que nos relacionemos en un futuro de la misma forma.

¿Se puede cambiar?

Esto es complicado y es algo que comento con compañeros psicólogos porque tengo casos en pacientes que en el pasado han tenido a personas que no les han tratado bien y tienen una idea de que la gente no es de confianza. Yo intento trabajar esa idea y de que esas personas confíen más en otras y en sí mismas, pero también es cierto que necesito un contexto sano que refuerce eso de que no todos son cabrones... Y eso depende en gran parte de la suerte y de otras cosas que no podemos controlar.

Hay autores que dicen que no necesitas salud para ser feliz, que con la actitud ya basta, pero yo pienso que construimos nuestra forma de ver el mundo en base a las relaciones que tenemos.

Sobre la autora

Es licenciada en Psicología por la Universidad de Valencia. Después hizo varios másteres, uno de Profesorado de Secundaria y otro de Psicología General Sanitaria y acabó especializándose en Mindfulness y Compasión. Además de ejercer como psicóloga y dar formaciones en diferentes empresas, comparte todo lo que sabe sobre salud mental en redes sociales a través de su cuenta @lapsicologajaputa.

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