Alimentación

Cómo saber si un queso se puede comer o está en mal estado

Siempre cabe la posibilidad de que, aun conservando bien el queso, se ponga en mal estado. Para ello, los expertos en nutrición aconsejan prestar atención al olor y presentación del alimento

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Melissa González

Melissa González

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Existe controversia en cuanto a la conservación del queso . ¿En la nevera guardado en un «tupper», envuelto en papel transparente o a temperatura ambiente? En primer lugar, hay que entender que no todos los quesos son iguales en composición ni procesamiento y, por tanto, no todos se conservan en las mismas condiciones durante el mismo tiempo. «Según de qué grupo hablemos, habrá pequeñas diferencias en su método de conservación y deberemos tener en cuenta distintas precauciones sobre su momento óptimo de consumo », explica la dietista y nutricionista Ana Núñez, de Nutrición Clinic .

«Los quesos son una importante fuente de calcio y además contienen proteínas de alto valor biológico, vitamina A y D, B6 y B12, fósforo y potasio principalmente», explica Jessica Hierro Santa Cruz, dietista y nutricionistas de la clínica Alimmenta , y añade que el contenido en grasa del queso variará en función de su grado de curación. «Se recomienda un consumo de entre 2 y 4 raciones de lácteos al día ( leche , yogur y quesos), preferentemente con un bajo contenido en grasa y sin azúcares añadidos», dice.

Tipos de queso

- Pasta blanda : queso fresco, camembert o brie.

- Pasta semi-blanda : queso de cabra, roquefort o Gorgonzola.

- Pasta dura : cheddar, edam o emmental.

- Pasta muy dura : parmesano.

Cómo reconocer un queso en mal estado

Siempre cabe la posibilidad de que, aun conservando bien el queso, se ponga en mal estado. ¿Cómo sabríamos si un queso está malo? ¿Por su fecha de caducidad? ¿Por su olor? ¿Por su textura? «La caducidad preferente figurará en el envase. Si estamos ante un queso de pasta dura, podremos consumirlo hasta dos meses después de esa fecha, siempre y cuando no presente ningún signo de estar en mal estado», explica Ana Núñez. ¿Cuáles son esos signos? Mal olor, endurecimiento, enranciamiento (sabor agrio), oxidación, humedad e incluso, tal y como alerta la experta, presencia de insectos.

«Los quesos denominados de pasta blanda tienen una fecha de consumo preferente mucho más corta y esta deberá ser aceptada, por lo que no es conveniente consumir estos quesos pasada la fecha que indique el envase, porque podría aparecer humedad, presencia de moho, insectos y sabor agrio. Con los quesos frescos pasará lo mismo: podremos observar cambios en su textura y fuerte olor», dice la nutricionista de Nutrición Clinic.

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