Verónica Pérez, en primer término junto a Susana Díaz y Antonio Pradas, quien también ha dimitido hoy EFE/JULIO MUÑOZ
POLÍTICA

Todo el poder para la mano derecha de Susana

Verónica Pérez es la secretaria general del PSOE de Sevilla y la presidenta del Comité Federal, por lo tanto, quien debe asumir el control del partido hasta que se nombre a una gestora

SEVILLA Actualizado: Guardar
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Nombrar a Verónica Pérez es lo mismo que hacerlo con su mentora, Susana Díaz, a la que lleva unida desde que se inició en política cuando tenía 14 años y empezó en las Juventudes Socialistas.

Verónica Pérez, (San Juan de Aznalfarache, Sevilla, con 38 años) es la actual secretaria general del todopoderoso PSOE de Sevilla, el cual gobierna siguiendo el mismo estilo que implantó Susana Díaz cuando era ella la máxima dirigiente en la provincia.

De la mano de la presidenta andaluza, ha ido ganando poder progresivamente pasando de la Ejecutiva Regional hasta la secretaría del PSOE de Sevilla donde ejerce un mandato de los más tranquilos que se recuerdan. No hay voces críticas, tal vez por las medidas que puso en marcha su antecesora, y los conflictos en las agrupaciones locales han desaparecido.

En esta Legislatura andaluza, que empezó en junio de 2015, ha sido nombrada Secretaria Primera del Parlamento de Andalucía, un puesto de reconocimiento que pone de manifiesto la estima que le tiene la presidenta de la Junta.

Cuando Susana Díaz negoció con Pedro Sánchez su nombre para la presidencia del Comité Federal sabía muy bien lo que hacía, aunque hasta la fecha este cargo era más bien honorífico. Ahora, en tiempos de crisis, se ha convertido en una pieza clave del complicado tablero en el que se mueve el PSOE.

En cualquier caso, Susana Díaz no había dejado nada al azar desde el principio del mandato de Sánchez porque tampoco es casualidad que la presidencia del partido recayese en otra de sus mujeres de confianza, Micaela Navarro, quien habría tenido que asumir la responsabilidad si el Secretario Federal hubiese dimitido motu proprio y las circunstancias hubiesen sido otras.

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