Entrevista

Kiko Senra, sobre el fraude de Delphi: «El sindicato me dijo: “¿Tú estás cobrando?, pues cállate la boca”»

El extrabajador de la extinta fábrica de Puerto Real sostiene que la Junta y sindicatos mayoritarios los utilizaron como «pelotas de juego»

Kiko Senra, extrabajador de la línea de producción de Delphi ABC

Antonio R. Vega

Kiko Senra trabajó durante 21 años en la línea de producción de la fábrica de componentes para el automóvil Delphi, ubicada en Puerto Real. Hasta que la multinacional echó el cierre en julio de 2007 . En una entrevista, asegura que la Junta de Andalucía y los sindicatos engañaron a los empleados al prometerles una recolocación que nunca llegó. A cambio les obligó a asistir a cursos de formación bajo la apariencia de una relación laboral que la Inspección de Trabajo considera ficticia, aunque el juez de lo Social número 2 de Cádiz no ve fraude.

El próximo 31 de julio se cumplirán 13 años del cierre de Delphi. La Junta gastó 106 millones en el dispositivo especial para 1.500 extrabajadores que no pudieron prejubilarse con ayudas. Durante tres años se les hizo un contrato laboral por acudir a cursos. ¿Cómo se gestó este plan?

Nosotros queríamos trabaja dignamente y mantener a nuestras familias. El 22 de febrero de 2007 se anuncia el cierre de la fábrica. Estábamos en campaña electoral. José Luis Rodríguez Zapatero dijo que le iba a ocurrir nada a sus trabajadores, que se iba a potenciar la Bahía de Cádiz. En connivencia con CCOO y UGT, la Junta se comprometió a darnos un trabajo digno. Nos dijeron que vendrían empresas. Nos vendieron que el protocolo de colaboración iba a ser de estricto cumplimiento. Luego vimos que era incierto. Nos hicieron renunciar a la mitad de mi indemnización laboral y nos dieron unos cursos para reciclarnos en las nuevas tecnologías, a pesar de que nosotros ya trabajábamos con tecnología punta en la multinacional.

El fraude era una «jartá» de grande. Y nosotros, la pelota de juego de los políticos y sindicatos

¿A los extrabajadores no les extrañó que la Junta de Andalucía pagara un sueldo por hacer cursos?

La culpa no era nuestra. La Junta nos dijo que a los dos años tendríamos un empleo. A mediados de 2007 empezaron a salir noticias de que había 15 empresas interesadas en instalarse en la Bahía de Cádiz. Eran empresas fantasma que estaban en connivencia con las administraciones y sus amiguetes. Querían paz social y de acuerdo con los sindicatos mayoritarios se inventaron unos contratos de trabajo.Se vio que había un fraude una jartá de grande. Nosotros nos convertimos en la pelota de juego de ellos.

¿Cómo eran esos cursos?

Empezamos los cursos en noviembre de 2007. Durante dos años los hicimos mientras cobrábamos el desempleo. Nos metieron en autobuses para hacerlos. Quien se salía, perdía el dinero. Los cursos eran como para pegarse chocazos contra la pared porque sacaron profesores de debajo de las losas y los alumnos sabíamos siete veces más que ellos. Me ataron de pies y manos porque no podía buscar trabajo por mi cuenta. Hasta 2014, no nos enteramos de que los contratos con el membrete de la Junta estaban en fraude de ley, pero la Inspección de Trabajo de Cádiz no lo vio y dejó que actuaran. Ahora nos reclaman 30.000 euros que cobramos. Encima, la Tesorería de la Seguridad Social nos ha quitado de la vida laboral tres años de cotización. Y no nos da trabajo nadie.

¿Algunos cursos no fueron homologaron?

La empresa que tenía que hacerlo no los homologó porque la Junta le debía unos pocos de millones de euros.

¿Creo que hubo protestas por la poca utilidad de los cursos?

Yo mismo me quejé. Y del sindicato me dijeron: «tú estás cobrando, pues cállate la boca». A mí aquello me olía mal desde el principio, porque cuando nos dieron los cursos en inglés y de prevención de riesgos o de electricidad, nos decían cómo poner un punto de luz con un interruptor como si fuéramos chiquillos de primero de Bachillerato después de estar durante años manejando tecnología punta.

¿Dónde estaba el fraude?

El fraude estaba en el negocio de los alquileres de aulas, en las empresas que impartían los cursos y en la maquinaria que compraban para ellos.

¿Cómo funcionaba el alquiler de las aulas?

Se pagaba por alquilar naves cerradas muy por encima de su valor. Por ejemplo, compraron cien máquinas de soldar automáticas que costaron 6.000 euros cada una.Cuando terminaron los cursos, no se sabe dónde están las máquinas. Como los cursos estaban subvencionados por la UE, una empresa independiente los homologaba. ¿Qué hicieron? Montaban aulas en Almería o Málaga con materiales de nuestros cursos. Cuando estaba todo preparado, venían los inspectores para homologarlas. Luego las desmantelaban y se llevaban los equipos a otro sitio.

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