Listeriosis Sevilla

Francisca, muerta por listeriosis, una mujer «sana» hasta que comió carne de Magrudis

La familia de la última fallecida por listeria niegan que influyeran dolencias previas en el fallecimiento de la mujer

En el centro, dos de las hijas de Francisca, la última fallecida por listeriosis en Sevilla M. Gómez

M. Moguer

Se llamaba Francisca y tenía 74 años . Murió el pasado lunes tras permanecer casi dos semanas ingresada en el hospital Virgen del Rocío de Sevilla por una listeriosis que, finalmente, acabó con su vida. Según la Consejería de Salud y Familias, la mujer sufría patologías previas que la situaban dentro del grupo de riesgo. Sus hijas se niegan a relacionar afecciones previas con su fallecimiento. «Mi madre ha muerto por comer carne mechada», afirmó ayer rotunda una de sus hijas. «Yo soy hipertensa y eso no quiere decir que me vaya a morir . Tengo un tratamiento», razonó. Francisca, explicaron ayer fuentes de su familia, solo tenía un problema pulmonar por el que tomaba una medicación.

Francisca, sevillana y viuda hace años, comió carne mechada de la marca «La Mechá» - fabricada por Magrudis - el día 8 de agosto, jueves. Cuando el viernes 9 empezó a encontrarse mal, llamaron al médico, quien le diagnosticó una gastroenteritis corriente. Pero las molestias seguían, así que el lunes 12 volvieron al médico y ahí ya sí que quedó ingresada en el Virgen del Rocío . «Por la noche ya estaba ingresada», recordaba un familiar ayer.

El martes día 13, rememoran sus hijas , los médicos les llamaron y les preguntarón sobre lo que había comido su madre en los días previos. Le nombraron un producto específico. «Querían saber si mi madre habá comido carne mechada », indica la hija de la fallecida. «Ahí ya sabían de dónde venía el problema», aseguran.

La alerta sanitaria llegaría dos días después, el 15 de agosto, tras los datos contrastados del Laboratorio Municipal , que había analizado muestras de los productos de Magrudis sospechosos de contener altas concentraciones de la bacteria de la listeria.

La sala del sevillano tanatorio de la SE-30 en la que ayer velaban el cuerpo de Francisca era un constante ir y venir de familiares y amigos para despedirse de la mujer. Muchos la recordaban. «Era una mujer estupenda, de lo mejor que hay», aseguraba emocionada una conocida de la familia . «Se ha muerto por la listeriosis, porque a ella le quedaban todavía muchos años de estar con sus nietos y con sus hijas», añadía.

Es la misma idea que repiten los familiares de Francisca. Que no era su hora y que su muerte es producto de la infección bacteriana. «Por la listeriosis le dio una meningitis, la infección le llegó al cerebro», indicaba ayer una de las hijas, recordando lo que le habían dicho los médicos sobre el estado de su madre . «Y eso no se infecta por un problema del corazón que tuviera o un asma. Eso es por la carne mechada», añadía.

Algunos conocidos que pasaron ayer por el tanatorio sevillano advertían de que las hijas de Francisca estaba molestas con que se quisiese hacer pasar la muerte de su madre como algo natural por la edad y las complicaciones de salud que tenía. Las propias hijas de la fallecida salían al paso de esta idea asegurando que su madre, como los otros dos muertos por este brote, habían perdido la vida por la listeriosis, no por sus dolencias previas. Sobre uno de los fallecido s la semana pasada que tenía un tumor en el páncreas con metástasis, las hijas de Francisca reivindicaban que no se dijese «que ha muerto por el cáncer, que no lo quieran tapar» .

«Esto no se queda así»

«Mi madre no está porque se debería haber dado la información en su momento. Ella estaba normal. Lo que no estaba normal era lo que había comido, que no lo tenían que haber vendido», explica una de las hijas de Francisca. La familia, aseguraba ayer a las televisiones presentes a las puertas del tanatorio, está dispuesta a llegar «donde haga falta» para que alguien se haga responsable de esta muerte y que las administraciones, indicaron las hijas de Francisca, «no se pasen la pelotita unos a otros».

« Así sea lo último que haga en mi vida -advertía una de las hijas de la fallecida-, esto no se queda así. Por una incompetencia de no sé quién, he perdido lo más grande de mi vida. Que lo paguen, esto no puede ser».

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