Coronavirus Andalucía

Jesús Aguirre, consejero de Salud: «Esto no ha acabado, nos queda mili con el coronavirus»

La sanidad andaluza está preparada por si hubiera un rebrote, asegura el responsable de la Junta de Andalucía

El consejero andaluz de Salud y Familias, Jesús Aguirre, en el Palacio de San Telmo RAUL DOBLADO

Antonio R. Vega

Las circunstancias han colocado a Jesús Aguirre Muñoz (Córdoba, 1955) como copiloto de una crisis de proporciones inéditas, bajo la cadena del mando único del Ministerio de Sanidad. Desde que comenzó a arreciar la pandemia, el móvil del consejero de Salud y Familias no ha parado de sonar. L o hace de forma ininterrumpida durante las 24 horas del día . Ha sido una locura, confiesa al otro lado del teléfono desde su despacho. Su vida ha sido bastante anormal desde el 14 de marzo e incluso ahora que España ha iniciado su viaje hacia una «nueva normalidad» llena de incertidumbres y peligros.

Su Consejería venía de hacer un máster acelerado en gestión de crisis sanitarias tras el brote de listeriosis del pasado verano. Él no cree en las casualidades ni en la suerte. Si los efectos delCovid-19 han sido menos intensos en Andalucía se debe a que « nos pilló un poquito más preparados », sostiene sin dudarlo. Frenado el curso ascendente de la curva de contagios del virus, empieza a ver una luz al final del túnel, pero todavía de lejos. «Nos queda mili y no podemos bajar la guardia ni mucho menos», diagnostica con su ojo clínico de médico de familia.

De las muchas incógnitas que quedan por descubrir de este virus ¿Qué es lo que le preocupa más?

Lo que más me preocupa es que el virus ha venido para quedarse. Tenemos que estar ojo avizor. Hemos pasado una fase, pero no significa que lo hayamos vencido ni mucho menos. Lo tenemos controlado y eso permite un poquito más de libertad de movimiento y de reactivación económica.

¿Cómo se ha preparado la sanidad andaluza ante un posible repunte?

A finales de abril lanzamos el plan de alta frecuentación de otoño-invierno. Para la campaña de la gripe de este año vamos a adquirir medio millón más de vacunas porque quiero que el cien por cien de las personas mayores, pluripatológicos, inmunodeprimidos, embarazadas y sanitarios se la pongan voluntariamente. Si queremos evitar que coincida con un rebrote de coronavirus, lo primero que hay que hacer es una profilaxis en vacunaciones. Hasta que pase la próxima primavera vamos a mantener los circuitos Covid dirigidos a pacientes con sospecha de esta patología en hospitales y Atención Primaria para evitar una infección cruzada y proteger a los sanitarios. Hemos centralizado 300 respiradores en Antequera para distribuir el máximo de ventiladores. Vamos a hacer UCI respiratorias específicas en todos los hospitales regionales. No vamos a dejar nada a la improvisación.

¿Por qué el coronavirus ha tenido menor impacto en Andalucía que, por ejemplo, en Madrid o Cataluña? ¿Ha sido suerte? ¿El sistema sanitario estaba mejor preparado?

Quizás la suerte que tuvimos nosotros fue la experiencia de la listeria del año pasado, que permitió tener perfectamente engrasado nuestro sistema a nivel de Epidemiología, Salud Pública, Urgencias... Por eso el 27 de enero pusimos en marcha el grupo de trabajo de coronavirus y exigimos a todos los distritos un plan de actuación frente a una posible epidemia. Nos pilló un poquito más preparados. Este virus es tiempo-dependiente: cuanto antes tomemos medidas, menor es la consecuencia clínica. No tiene que ver con nuestro clima ni con la dispersión geográfica. Tenemos a más de 1.300 fallecidos, que son cifras muy dolorosas. Pero si nos comparamos con el resto de comunidades, hemos podido controlar mejor la infección.

«Debemos hacerlo mejor, por supuesto. Queremos tener un estocaje de EPI para seis meses por si hay rebrote»

¿En algún momento temió que no se pudieran atender a todos los pacientes que presentaban síntomas?

El punto álgido de la epidemia coincidió con los días 30 y 31 de marzo, cuando estaban ocupadas el 70 por ciento de las UCI y camas hospitalarias. Pusimos en marcha el hospital de Carranque. Teníamos miedo a que la situación se desbordara, pero luego vimos que habíamos tocado techo. Cualquier persona que ha necesitado ingreso hospitalario o en la UCI por indicación de un facultativo lo ha tenido. Una máxima de este gobierno es la defensa de la vida. Medicalizar las 1.107 residencias de mayores días antes de declararse el estado de alarma fue clave. El 82 por ciento (915) están libres de Covid-19. Vamos a seguir controlando a estos pacientes que son a los que más tenemos que proteger.

Andalucía es una de las regiones con más sanitarios infectados. Vimos protegerse a algunos de ellos incluso con bolsas de basura. ¿Ha faltado previsión para dotarlos de suficientes equipos de protección individual (EPI), batas y mascarillas?

Tuvimos un problema muy serio, nosotros y todos, cuando el Gobierno dijo que iba a hacer la compra centralizada y lo primero que hizo fue quitarnos a nuestro proveedor de mascarillas en Alcalá la Real. Tuvimos un déficit de determinadas medidas de protección durante un tiempo y entramos a comprar en un mercado muy agresivo. La compra centralizada del Ministerio de Sanidad no funcionó como esperábamos. Nosotros empezamos a comprar a nivel exterior, verificando que todo venía en condiciones óptimas para proteger a nuestros sanitarios. Ellos se la han jugado y se la están jugando todavía e intentamos que tengan el material exigible para que no se contagien. Más de 3.500 profesionales de la sanidad pública y privada han dado positivo por Covid-19, pero el 72,2 por ciento ya se ha reincorporado. Tengo que lamentar el fallecimiento de nueve compañeros. Tenemos que hacerlo mejor, por supuesto. Por eso queremos tener un estocaje de EPI para seis meses por si acaso hay un rebrote.

¿Hacer pocas pruebas PCR ayuda a tener menos positivos?

Estamos haciendo 3.600 pruebas PCR diarios. No se hacen al tuntún, sino según un protocolo y van dirigidas a personas con síntomas sospechosos o que tienen alta la IgM (Inmunoglobulina M). Como el Covid-19 está medianamente frenado, el volumen de pacientes para someterse a un PCR es menor que en otras comunidades. Tenemos la capacidad de hacer dos y tres veces más PCR de los que estamos haciendo actualmente en todos los hospitales. Vamos a recibir dos robot con capacidad para hacer 10.000 PCR más. Ya estamos realizando pruebas a todo el que se vaya a operar en el sistema sanitario andaluz para evitar que lleve una infección al hospital. No tenemos ningún problema de abastecimiento. Es más, muchos PCR son de fabricación propia. Hasta ahora hemos hecho más de 146.000, principalmente a sanitarios. De ahí, el porcentaje tan alto de profesionales contagiados. Las PCR detectan una infección en las primeras horas y permite aislar antes al paciente. Los test rápidos detectan el contacto ocho o diez días después. Todo está protocolizado.

¿Confía en la táctica de realizar test rápidos masivos a la población como medio para atajar la pandemia?

Para atajar la pandemia no. Sirven para descartar a aquellas personas que han tenido contacto con el virus y ya están inmunes, pero también detectan a quienes tienen una pequeña capacidad de contagiar a otros . Hemos hecho dos veces los test a los 43.000 mayores de residencias y los 14.000 cuidadores para quedarnos tranquilos. Hemos terminado los test a los 100.000 sanitarios y a cuidadoras a domicilio. Estamos haciéndolos a farmacéuticos y a los inmigrantes de los asentamientos. Estamos priorizando.

«Tras la pandemia nada va a ser igual, algunas medidas van a quedarse»

¿Puede haber algún rebrote que nos obligue a cerrarlo todo otra vez?

La probabilidad siempre la tenemos. Mientras no haya una vacuna, estamos con una espada de Damocles. Riesgo cero no existe y menos con una población andaluza sin anticuerpos. La vacuna es el mejor método preventivo. El virus lo tenemos aquí para quedarse y debemos seguir controlándolo. Las medidas higiénico-sanitarias, las mascarillas, la distancia personal... han venido para quedarse mientras no tengamos una vacuna. No se la espera hasta el primer semestre del año que viene. Nos queda todavía una travesía del desierto de muchos meses. Estamos cuidando de la salud de todos los andaluces pero el andaluz tiene que cuidarse a sí mismo porque así también cuida a los demás. Cuando veo que los niños van a ver a los abuelos, me pongo un poco a temblar. No podemos ser expresivos ni efusivos. Los andaluces debemos controlar nuestros ímpetus de exaltación de la amistad.

«Tenemos capacidad de hacer dos o tres veces más PCR de los que estamos realizando. Todo está protocolizado»

¿Tendrá la sanidad pública que hacer un cambio estructural para afrontar crisis como ésta en el futuro?

Después de esta pandemia, nada va a ser igual. Muchos circuitos y actuaciones han venido para quedarse, como todo lo que es la medicina preventiva o la higiene de las manos. No se puede imaginar cómo ha funcionado de bien la telemedicina . La queríamos poner en marcha dentro de tres o cuatro años y lo hemos hecho a bote pronto. Los especialistas están llegando al diagnóstico y tratamiento a través de la telemedicina. El seguimiento de los pacientes se hace por vía telefónica en la Atención Primaria. Todo esto va a servir para mejorar el sistema sanitario. Al grupo asesor de coronavirus le he pedido que me diga qué vamos a dejar tras la pandemia. Y vamos a dejar gran parte porque se ha hecho bien.

Con la crisis de la listeriosis del pasado verano la oposición pidió su dimisión. ¿Cree que ha salido reforzado con la gestión de esta pandemia?

Han salido reforzados los profesionales y el sistema sanitario. A mí me ha tocado estar arriba, pero yo soy un médico de trinchera, de tajo. Lo mismo que estoy como consejero, hace dos años estaba pasando consulta. Quienes han salido reforzados han sido los que han estado jugándose el tipo. Yo sé que tengo mi tiempo. Estaré lo que tenga que estar de consejero y haré lo posible para que la sanidad mejore al máximo. Tengo un equipo de gente muy cualificada. Hemos estado las 24 horas del día. Tenemos una infantería magnífica, que son los 120.000 trabajadores de la sanidad pública y privada andaluza. Pero nos queda mili. Nos queda trabajo y no podemos bajar la guardia ni mucho menos . Prudencia, mucha prudencia. Los mismos profesionales lo dicen: no pueden estar jugándose la vida continuamente por que la población baje la guardia.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación