¿Cómo es la llama de tu hornillo? Su color podría avisarte de un peligro

Se puede oler, pero también ver. Un escape de gas es muy peligroso. Dependiendo del tamaño de la fuga, el gas puede acabar en asfixia, intoxicación por inhalar monóxido de carbono, incendios e incluso explosiones. Por está razón resulta imprescindible mantener una ventilación adecuada en el hogar pero, sobre todo, un buen mantenimiento de los aparatos de gas.

Uno de ellos es el hornillo (hay muchas casas que aún prefieren la cocina más tradicional frente a la eléctrica), cuyo color de la llama puede alertarnos de si algo no va bien y ponerle remedio a tiempo.

Por ejemplo, si el fuego de tu cocina no es fuerte y de color azul, es importante que sepas que será necesaria la revisión de tu aparato por un técnico cualificado.

Si el fuego del hornillo es azul intenso en el centro y un poco más claro en el exterior, todo está bien. Esto indica que existe una combustión correcta de gas y oxígeno, así que se puede estar tranquilo.

Pero, ¿y si la llama de gas es débil y de color naranja? Probablemente ocurra que hay una mala combustión en el aparato, por lo que es recomendable llamar a un profesional o al servicio técnico del fabricante para realizar cuanto antes una revisión. Además de peligrosa, esta circunstancia supone una pérdida importante de energía, una reducción de la potencia de gas y, por consiguiente, un consumo mayor.

Por otra parte, puede pasar que las llamas del hornillo sean amarillas, lo que indica que hay una mala combustión y una producción de monóxido de carbono. Ante eso, es necesario que un técnico cualificado la revise lo antes posible.

Según la normativa vigente, es recomendable que el dueño de la vivienda se encargue del mantenimiento de la instalación y de los aparatos de gas. Además, la ley establece que es obligatorio hacer una revisión cada 5 años .